El Gobierno de Aragón podrá poner en marcha una línea de subvenciones de 80 millones de euros para la puesta en marcha de nuevos regadíos por parte de las comunidades de regantes expectantes. Así lo ha autorizado la Unión Europea (UE) que incluso permitiría ampliarla hasta 100 millones, en el caso de que haya suficiente demanda. El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, presentó ayer estas ayudas, que harán posible una inversión total de 200 millones de euros hasta 2020.

El plan permite al Ejecutivo apoyar las nuevas inversiones en un 50%, con un coste máximo por hectárea de 15.000 euros

Una de las peculiaridades del sistema es que las subvenciones deberán aprobarse antes del 2020, pero el Gobierno de Aragón podrá diferir los pagos durante 25 años, conforme las comunidades de regantes vayan amortizando los préstamos que contraigan para la ejecución de las obras.

Este planteamiento, según Olona, resulta clave para no generar deuda pública y también para poner en marcha grandes proyectos de inversión con una inversión anual moderada.

En los próximos meses el departamento trabajará para publicar el decreto que exige la aprobación de esta medida, previsiblemente a mediados del 2017, y en el que se establecerán las bases reguladoras de la nueva línea de apoyo al regadío.

«Supone un importante espaldarazo» al proceso innovador en materia de regadíos que el departamento está configurando desde el principio de la legislatura con el objetivo de «superar el parón inversor de las diferentes administraciones públicas en los últimos años».

Se pretende «poner el énfasis» en las comunidades de regantes para que sean éstas las que tomen la iniciativa de la creación de regadíos, tanto en los aspectos financieros como en los técnicos.

Para el consejero eso es positivo porque desde un punto de vista de la gestión del agua, los regantges gestionan el recurso como un bien de naturaleza común, «y no solo pública».

El consejero insistió en que el regadío es una de las principales herramientas, sino la más importante, para conseguir el objetivo fundamental de mejorar la productividad de la agricultura, sobre todo en Aragón.