El último terremoto de más de seis grados que hubo en la ciudad de Teruel se produjo hace aproximadamente 8.000 años. Concretamente, y según los informes de los expertos que han estudiado recientemente las fallas de la zona, en un periodo comprendido entre 13.000 y 3.400 años atrás, fue un movimiento sísmico de aproximadamente 6,8 grados de magnitud. Este ha sido el pretexto empleado por el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, para paralizar las obras del hospital, lo que ayer generó una mezcla de alarma e indignación entre los ciudadanos turolenses.

Hay dos informes de expertos (del 2009 y marzo del 2013) y una nota técnica del Instituto Geológico y Minero de España (de abril del 2013) en la que, en efecto, se indica que aunque Teruel está en una zona de una mínima peligrosidad sísmica, los mapas se están revisando en los últimos tiempos dado que hay más conocimientos para estudiar el comportamiento de las fallas. En los informes, a los que ha tenido acceso este diario, se indica que las doce hectáreas del área de El Planizar en las que se iba a edificar el hospital, se encuentran a 500 y 900 metros de dos fallas con un ligero movimiento anual de entre 0,08 y 0,33 milímetros y que en época cuaternaria se produjeron hasta nueve terremotos (en el periodo entre los 75.000 y los 14.000 años de antiguedad, con periodos intersísmicos entre 4.000 y 11.000 años).

Los cálculos rigurosos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Geológicas de la Universidad de Zaragoza, establecen un cálculo hipotético de riesgo de un nuevo terremoto de gran magnitud en los próximos 500 años. El porcentaje de probabilidad es del 3,6% si el último terremoto fue hace 3.400 años y es de 34,6% si se produjo hace 13.000. Por tanto, un índice muy bajo pero que hace sugerir que se tome alguna medida antisísmica en una zona en la que no hay ninguna normativa de construcción contra los terremotos dado el escaso porcentaje de temblores que se producen (los máximos registrados últimamente llegan a 4 grados sin tener efecto devastador).

En cuanto a la nota informativa del Instituto Geológico y Minero de España, la única recomendación que hace se refiere a un estudio más concreto de la falla de Teruel (una de las dos próximas al futuro hospital) para evaluar con más precisión los riesgos sísmicos. Unos riesgos sísmicos que, dada la escasa actividad en los últimos años, no se descarta aunque es bastante improbable que se produjera en el periodo de vida media de un centro hospitalario (entre 50 y 80 años).