Un veinteañero para quien la Fiscalía solicita año y medio de prisión por agredir a varios agentes de la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO) pidió ayer a los magistrados de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza que prohiba a cuatro policías --con los que compartió banquillo-- que se le acerquen a menos de 200 metros en tres años.

Los agentes, defendidos por el abogado Enrique Esteban Pendás, solicitaron trece meses de prisión para Borja S. T., al que imputan, como el ministerio público, un delito de atentado. El joven y un amigo suyo --I. U. E.--, que sostienen que fueron los policías quienes les agredieron y que fueron representados por el letrado Chabier Mallor, solicitan dos años y ocho meses de prisión para los uapos: veinte meses como presuntos responsables de la fractura ósea que sufrió el segundo de los jóvenes y doce más como supuestos autores de un delito contra la integridad moral de Borja.

El testimonio del propio denunciante-acusado, no obstante, sembró dudas sobre ese cargo: admitió que ninguno de sus ayer compañeros de banquillo estaba en las dependencias policiales en las que, según su versión, le dijeron que "como no te calles te vas a enterar de lo que es tortura".

La Fiscalía sí pide penas de nueve meses de prisión para dos de los agentes, a los que atribuye un delito de lesiones por la fractura ósea de I. U. E.

Las versiones de los policías acusados y de sus tres compañeros de patrulla fueron coincidentes: Vieron cómo Borja se dirigía por el medio de la calzada hacia el furgón con el que patrullaban por la calle Perpetuo Socorro el 9 de mayo del 2010 y, al preguntarle si necesitaba algo, este les soltó un "fascistas de mierda" que hizo que tres agentes fueran a identificarlo; este se negó y agredió a una de los uapo, por lo que tuvieron que reducirlo. No utilizaron las porras, afirmaron. Según su versión, nadie agredió a I. U. E., al que sí identificaron y denunciaron por la vía administrativa tras un forcejeo.

Los denunciantes, por su parte, sostuvieron que un policía llamó "tonto" a Borja, que narró que el conductor del furgón le arreó con una porra y que otros tres policías le dieron puñetazos y porrazos, e incluso le pisaron el cuello, mientras lo identificaban. I. E. U. ratificó esa versión, que no concuerda con la de su denuncia inicial --insultaban a los dos--, y que aseguró que llevaba hematomas por todo el cuerpo, aunque no figuraban en el parte de lesiones que sí recogía la fractura ósea.