Doce meses después de la entrada en vigor de la ley antitabaco, los bares, restaurantes y discotecas de Aragón han aprendido a vivir sin humo. Y la salud ha salido ganando, al menos según los datos del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), que asegura que los ingresos hospitalarios por infarto han caído un 10% y se han reducido un 15% los casos de asma infantil. Haciendo suyo este argumento, el Ministerio de Sanidad ya anunció días atrás que no prevé "tocar ni una coma durante esta legislatura" a la ley. No obstante, la norma, contestada en los primeros meses por hosteleros y fumadores, sigue sin estar exenta de críticas y opiniones encontradas un año después.

El departamento que dirige Ana Mato también ha valorado en su decisión de mantener la ley "sobre la que el PP mantuvo cierta ambigüedad durante la campaña electoral" el hecho de que unas 600.000 personas en toda España y de 15.000 a 18.000 en Aragón, han logrado dejar el tabaco en el 2011, según el CNPT. Además, cerca de un millón de trabajadores del sector de ocio han dejado de estar expuestos al humo de tabaco, agente cancerígeno de primer orden según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

CONTAMINACIÓN Un estudio realizado en Zaragoza ha revelado que la contaminación en los establecimientos de hostelería se ha reducido un 90% tras la aplicación de la norma", subraya Rodrigo Córdoba, portavoz del CNPT y médico de familia en la capital aragonesa. "Además, hay una aceptación social muy importante, la ley ha sido asumida por la población, incluso por los propios fumadores", añade.

"A pesar del descontento de muchos fumadores, hasta ellos han cambiado de opinión. Es raro no conocer a alguno que crea que la medida ha sido positiva", asegura Raquel Fernández, portavoz de Nofumadores.org. A su juicio, se han cumplido los objetivos previstos: aceptación por parte de todos, menos ingresos hospitalarios y menos fumadores. Y lo más importante, se ha protegido al no fumador. "Si el PP hubiera optado por cambiar la ley, eso habría supuesto situar la libertad de los fumadores por encima de la salud de los no fumadores, y aumentar la desconfianza en los políticos", apostilla.

Pero si el impacto ha sido muy positivo desde el punto de vista de la salud pública, el club de Fumadores por la Tolerancia, próximo a las tabacaleras, sigue defendiendo el derecho a fumar en zonas habilitadas o cubículos sin servicio de camareros en bares, restaurantes, discotecas y salas de juego, "como defendió el PP en el Congreso de los Diputados". Su