El joven que el pasado sábado provocó un llamativo accidente en la calle Cesáreo Alierta de Zaragoza, en el que dos coches cayeron siete metros hasta el foso de los carriles centrales, podría haberse desmayado. Así lo aseguró ayer una mujer del entorno cercano del joven, que añadió que habría sufrido algún episodio anterior de este tipo. El accidente no causó daños personales.

Fuentes de la investigación declinaron ayer confirmar el desvanecimiento como causa del choque, ya que según explicaron, los interrogatorios se centraron únicamente en los testigos del hecho. Aún no han tomado declaración al causante. Este fue identificado como I. C. O., de 23 años, y al parecer resultó ileso pese a la caída. "Está bien", confirmó la mujer.

TRACCIÓN Según algunos testigos presenciales, su vehículo habría empujado por detrás a otro, aparcado. Tras moverlo un trecho en línea recta, se habría desviado a la izquierda atravesando dos carriles, remontando la acera y derribando cuatro tramos de valla antes de caer al foso.

Los Bomberos, que le atendieron en primera instancia, indicaban anteayer que había salido del coche por sus propios medios, pero que aunque no tenía heridas aparentemente, sí parecía "desorientado". Fue trasladado al Miguel Servet, donde se le practicó un examen médico para descartar posibles lesiones internas por la caída.

El arrastre del coche aparcado con cambio de dirección y la desorientación casarían con la hipótesis del desvanecimiento. Al parecer, ya había tenido algún otro vahído anteriormente, pero "no le había dado importancia" al no ser duradero. En esta ocasión, sin embargo, pudo costarle caro.

Según explicó la mujer, el joven apenas bebía --de hecho dio negativo en el control de alcoholemia que le realizó la Policía Local--, y en el momento del suceso se dirigía a buscar a su madre tras pasar un rato con sus amigos. En los próximos días, los instructores del suceso le tomarán declaración.