Las explosiones acompañadas de incendio que destruyeron la harinera Porta el pasado 14 de abril en Huesca fueron causadas por la caída de un rayo que originó una onda expansiva que avanzó desde el semisótano hasta la última planta de la instalación causando cuantiosos daños. La brutal descarga eléctrica, superior a 6.400 amperios, provocó 19 heridos, de los que cinco fallecieron posteriormente como consecuencia de las graves quemaduras que sufrieron en el siniestro.

Esta es la conclusión del informe técnico realizado por el equipo de investigadores Synthesis a petición de José Porta, responsable de la empresa oscense.

El polvo de harina en suspensión existente en la harinera se inflamó y actuó de desencadenante de múltiples explosiones sucesivas que avanzaron lateralmente y originaron una ola de calor. Los efectos de la descarga eléctrica se dejaron sentir incluso en los silos, dos de los cuales reventaron.

El rayo provocó un aumento instantáneo de la temperatura hasta 800 grados centígrados. La "bola de fuego" así formada afectó sobre todo a una zona próxima al muelle de carga donde se hallaba apilado abundante material de polietileno.

TOMA DE TIERRA El equipo de investigación Synthesis mantiene que el rayo, originado durante una tormenta seca, descendió hasta el suelo a través de la estructura metálica de la fábrica. Sin embargo, su potencia no fue correctamente absorbida por la toma de tierra debido a la extrema sequedad que afecta desde hace meses a la ciudad de Huesca, donde el ayuntamiento se ha visto obligado a tomar drásticas medidas para el ahorro de agua.

"Todo ocurrió en décimas de segundo", señala el informe técnico, que añade que la propagación de la onda expansiva y de las llamaradas generadas por el súbito aumento de la temperatura se vio favorecida por el hecho de que el "ambiente estaba ionizado como consecuencia de la tormenta".

EPICENTRO En realidad, los expertos distinguen dos grandes explosiones ocurridas con una diferencia prácticamente inapreciable. La primera se produjo en los sótanos y la segunda en los dos silos de harina en los que se realizaban tareas de llenado y vaciado en el momento de la deflagración. Los silos con harina en reposo no se vieron afectados.

El foco primario o epicentro de la catástrofe se situó en el semisótano, donde se ubican los sistemas de transmisión de la maquinaria empleada en el molido de la harina, al lado de la estación transformadora. Desde ahí, a través del hueco de las escaleras y de diferentes conductos, la onda expansiva se propagó a las plantas superiores.

Los peritos, que no han podido determinar el punto exacto donde descargó el rayo, subrayan que, en cambio, sí han encontrado "diversos signos inequívocos de sobretensión en la instalación de acometida y en los transformadores que sólo pueden atribuirse a un fenómeno externo de esas características".

Los miembros del equipo Synthesis descartan que las explosiones y el fuego se debieran a un fallo en el funcionamiento de la fábrica y niegan que un trabajo de soldadura estuviera en el origen del siniestro, que está bajo investigación judicial.

El documento, que será aportado al sumario, indica que uno de los trabajadores fue sorprendido cuando se hallaba en el interior de un silo. El depósito no explotó, pero el empleado sufrió graves quemaduras que le ocasionaron la muerte.