A pequeña escala, la de una población de 1.600 habitantes, Belchite sigue reproduciendo el esquema social que precedió a la guerra civil española. Estos días, IU ha preguntado en el Congreso de los Diputados al Gobierno de Rajoy por qué el símbolo de Falange, el yugo y las flechas, sigue campando en la fachada de un edificio en pleno centro de la villa. Los belchitanos responden de tres formas distintas a esa pregunta. Una minoría dice que el yugo y las flechas están bien donde están y que no hay que retirarlos. Otro grupo de vecinos, más numeroso, ve con disgusto que ese vestigio franquista, de 1,80 metros de altura, siga a la vista junto a la plaza del Ayuntamiento (antes del Generalísimo). A una mayoría silenciosa que le da igual ese emblema de Falange, que ni les agrada ni les desagrada su conspicua presencia.

El actual yugo, que es de hierro forjado, se instaló en los años 90, poco después de que el el consistorio de la época retirara otro de madera que corría peligro de desprendimiento debido a su mal estado. La colocación del nuevo símbolo fue sufragada por los tres propietarios del edificio, dado que lo que distingue este símbolo de los que se han suprimido en plazas y calles de toda España es que se halla en una propiedad privada.

Los propietarios

"Cuando el ayuntamiento dijo que el símbolo de madera estaba en mal estado, era una excusa", manifestó uno de los propietarios del inmueble, que no quiso revelar su identidad y aseguró que no profesa ninguna ideología de extrema derecha.

"No tenemos intención de quitarlo", continuó, "pero si la ley no nos da la razón, no tendremos ningún inconveniente en hacerlo". Aseguró que el consistorio de Belchite abrió un expediente hace dos años para retirar el yugo y las flechas pero que se ha paralizado tras las alegaciones presentadas por los propietarios del edificio.

En aquella época, el consistorio, dirigido por la socialista María Ángeles Ortiz, cambió la denominación de las calles, casi todas ellas con resonancias franquistas. Entonces aparecieron pintadas en la casa consistorial: Belchite siempre estará con Franco.

Sandra, de 26 años, cree que "según la fama que lleva Franco, es mejor que quiten ese símbolo". En su opinión, sigue donde está debido a que en Belchite "hay mucha gente mayor de mente muy cerrada que recuerda que el dictador mandó construir el pueblo nuevo".

"Me parece mal, muy mal, que ese yugo con las flechas aún esté en la fachada, aunque la verdad es que ya estamos acostumbrados a verlo y no hacemos caso", señaló Mariano Ruiz, de unos 70 años. Juan, de 40, ha visto cómo muchos visitantes se sorprendían al ver el gran armatoste. "Se recogieron firmas para retirarlo, pero no ha habido manera de que se lleven ese signo del pasado".

Pero tanto él como Sandra y Mariano son de los pocos vecinos de Belchite que adoptan una postura clara en contra del viejo y funesto emblema. La mayoría elude pronunciarse sobre el asunto o, si lo hace, es parar mostrar su indiferencia por el problema. "Me choca, pero no pasa nada, no lo veo ni bueno ni malo", dice la cajera de un supermercado.

"No tengo ninguna opinión sobre el símbolo, hace tiempo que está, eso es todo", dijo Petra Campos, una mujer de unos 70 años. "A mí me da igual, aunque entiendo que haya gente a la que le moleste", afirmó Ramón Val, que trabaja en la Casa de la Juventud.

A los actuales inquilinos del inmueble en cuestión les da igual. "Yo no quiero saber nada de esas cosas", manifestó uno de ellos por el interfono antes de colgarlo bruscamente.