Un ejemplar macho de águila azor perdicera, especie catalogada en peligro de extinción, ha sido localizado muerto en Nonaspe (Zaragoza) con varios perdigones en su cuerpo procedentes de un tiro hecho con una escopeta de cartuchos. Los restos del ave rapaz fueron localizados en un arbusto y trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca (Zaragoza), donde la necropsia confirmó que la causa de su muerte fue un disparo realizado de frente y a corta distancia.

La alerta fue dada inicialmente por técnicos del Instituto Catalán para la Conservación de las Rapaces (ICRA), tras verificar que el transmisor de señales vía satélite que portaba el ave indicaba que no se movía del mismo punto desde hacía varios días.

Con las coordenadas recibidas y tras una larga búsqueda, los agentes forestales del Gobierno aragonés localizaron los restos en un arbusto. Este macho adulto tenía sus dominios en un territorio a caballo entre Aragón y Cataluña en el cual murieron varias hembras electrocutadas en postes de tendidos eléctricas, hasta que fueron modificados, aislados y protegidos. La muerte de esta ave, en cuyo cuerpo fueron localizados cuatro perdigones de un cartucho de caza, está castigada, según el Código Penal vigente, con penas de hasta dos años de prisión. Fuentes de la Dirección General de Conservación del Medio Natural han asegurado que en los últimos meses, desde septiembre de 2010, se han encontrado muertos por causas no naturales seis ejemplares más de águila perdicera en Aragón.

Las causas de las muertes de estas aves, varias de las cuales portaban también transmisores, fueron disparos en tres de los casos (Alcorisa, Illueca y Nonaspe), envenenamiento (Valmadrid) y electrocución (Grisel y Ráfales), ha informado en un comunicado la Dirección de Conservación y Medio Natural. Durante varios años, estos ejemplares han aportado información "muy valiosa" sobre la biología de la especie, complementaria a los seguimientos que sobre el terreno realizan los agentes forestales, lo que ha permitido definir las áreas críticas de supervivencia de estas aves.

Según las fuentes, "de poco han servido los esfuerzos de las administraciones aragonesas y catalanas, así como de las compañías eléctricas que modifican los tendidos, y de otros estamentos sociales, que día a día demuestran su preocupación por las especies, ante la acción individual de quien delictivamente descarga un tiro sobre una especie en extinción".

El águila azor perdicera es el ave rapaz más amenazada actualmente en Aragón, donde cuenta con una treintena de parejas con una tendencia claramente regresiva, especialmente en las provincias de Huesca y Teruel, en las que en 2010 sólo se contabilizaron tres y diez y parejas, respectivamente.

La especie está catalogada en peligro de extinción, en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón, la máxima categoría de amenaza contemplada en la legislación autonómica. En Aragón, la regresión que afecta a esta especie lo evidencia el hecho de que entre 1990 y 2010 el número de parejas ha descendido de 43-48 a un total de 30, un 35 por ciento menos. Las principales amenazas para el águila perdicera son los tendidos eléctricos, las modificaciones de sus hábitats de reproducción y alimentación, las molestias durante la época reproductora y el envenenamiento.