La Exposición Internacional del 2008 dejó a Margarita Esteban completamente hipnotizada. Tanto es así que desde hace dos años, esta zaragozana de 51 años diseña pins "exclusivos" sobre los pabellones y espectáculos que le dieron vida a la muestra. A día de hoy, ya cuenta con 540 piezas y la autora no descarta seguir ampliándola. Se trata de una afición que "lleva mucho esfuerzo y trabajo detrás" y que ha decidido compartir con el resto de ciudadanos. La Expo en pins puede visitarse hasta hoy en el centro cívico del distrito Universidad, en Violante de Hungría.

Hay broches de todos los tamaños y formatos, que se distribuyen temáticamente en 20 paneles , cada uno de ellos con su correspondiente titulación y una explicación, y en los que se puede apreciar la labor de documentación que hay detrás de este hobby.

Su historia se remonta al primer día en el que salieron a la venta los pases de temporada. Margarita apenas tardó en hacerse con uno de ellos y reconoce que es "la mejor adquisición" que ha hecho en su vida. Durante los últimos días del evento, empezó a coleccionar los famosos pins de los pabellones de Ranillas. La nostalgia y el deseo de que esa rutina no acabara le llevó a confeccionar pequeños obsequios de forma artesanal que regalaba a los países. "Ellos se sorprendían pero los aceptaban con agrado", reconoce.

Símbolos comunes

La capitalidad del agua le dejó huella. Y decidió regalarle una colección de 16 pins al alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, que le recibió en audiencia en noviembre del 2008. Eso le llevó a querer tener su propia exposición unificada de todos los países participantes, para lo que diseñó 106 chapas con una base común: el logo con la Zeta como símbolo universal que reposa asentada al pie de la bandera de cada país, junto al escudo de cada uno en el ángulo derecho. Estas ya se elaboraron en fábrica, aunque se hacen "una a una".

Tras los países vinieron las comunidades autónomas, para las que diseñó dos modelos: por un lado, con las marcas turísticas que presentaron en la Expo y por otro lado un diseño más rectangular en el que aparecen todos los territorios españoles junto al logo de la muestra y la mascota, Fluvi.

"Es un trabajo laborioso pero muy gratificante", apunta Margarita. Lo último han sido las comarcas aragonesas y patrocinadores. Con todas estas obras de artesanía, los visitantes no solo pueden rememorar la Expo de Zaragoza, también pueden hacerlo de las pasadas, como la de Sevilla de 1992, y también las más recientes, como Expo Shanghai.