Una patrulla de técnicos de Medio Ambiente se unió anoche al dispositivo desplegado en un establo de Villalengua para localizar a un felino de "gran tamaño" que en los últimos días ha decapitado a veinticinco corderos. Ni las seis cámaras fotográficas, ni las jaulas trampas, ni los cebos de olor, ni la arena cribada han sido suficientes por el momento para atraer y localizar al animal.

Eso sí, al menos el pastor eléctrico --una valla electrificada-- ha impedido que el felino se haya cobrado desde el pasado miércoles nuevas víctimas entre el rebaño de Jesús Gallardo, como había sucedido cada noche del último mes de forma casi consecutiva. Algo que ha provocado que la inquietud en la zona aumente cada día que pasa sin localizarse el felino.

Las pruebas recogidas hasta el momento corresponden a las de un felino de "gran tamaño", según explicaron a este diario fuentes de Medio Ambiente. La altura de más de un metro y medio que tienen las vallas que separa el establo, ha hecho descartar a los técnicos que se trate de perros asilvestrados.

Para los especialistas de la DGA, tanto las huellas encontradas --por su profundidad y la forma de las uñas--, como el estado en el que han aparecido decapitados los corderos --sin ningún rastro de sus cabezas-- apuntan a un animal grande y ajeno a los que existen en la zona. A causa de ello se han abierto diversas líneas de investigación para averiguar cuál puede ser su procedencia.

INQUIETUD EN LA ZONA La finca donde se han registrado los ataques se encuentra a menos de un kilómetro del casco urbano por lo que la preocupación ha llegado hasta los habitantes de Villalengua. Según un ganadero de la localidad, "hace un par de años se divisaron un par de gatos monteses de unos 15 kilos, por lo que en un primer momento se creyó que estos podrían haber sido los atacantes". No obstante, para los técnicos de Medio Ambiente, la dentellada que han sufrido los corderos y las marcas de las uñas que se ven las huellas no coinciden con las de esta especie.

La hipótesis que parece cobrar más fuerza es que un particular o una empresa abandonará voluntaria o involuntariamente en este paraje un felino --bien una pantera o una animal de caraterísticas similares-- que podría haber estado hasta entonces en cautividad. Para los expertos esto explicaría que se el animal se acerque hasta una zona urbanizada, y también que se coma sólo la cabeza de los corderos, porque ésta podría haber sido su comida hasta el momento en que quedó libre.

La DGA ya anunció que si no conseguía capturarse al animal en los próximos días "habría que tomar medidas más drásticas". Una solución que comenzó anoche a llevarse a la práctica con la vigilancia nocturna de la zona.