El curso 2017-18 será el de la bajada histórica en el precio de las carreras de la Universidad de Zaragoza y debería ser el del inicio de las obras de la Facultad de Filosofía y Letras. Lo primero es seguro, pero no así lo segundo. «Si se cumplen los plazos, la comunidad universitaria podrá ver el comienzo de los trabajos, siempre que no se produzcan recursos o alegaciones», aseguran fuentes del campus público. En todo caso, sigue sin haber una fecha establecida para que las máquinas empiecen a trabajar. «Sueño con ello», admitía el rector, José Antonio Mayoral, en una entrevista concedida a este diario al término del curso pasado.

Sin duda, sería la gran noticia del ejercicio. El plan contempla derribar y levantar por completo el pabellón de Filología y rehabilitar el edificio central del conjunto, pero antes se debe acometer el traslado de 3.000 alumnos y 400 docentes. La universidad lo tiene todo previsto. Y ha logrado reducir en 18 meses la duración de los trabajos.

Si todo sigue lo plenado, la ansiada reforma integral de una facultad, que acumula años de demora, estará lista en el 2021. Su coste rondará los 19 millones de euros. Atrás quedarán entonces cantidad de sustos en forma de desprendimientos, concentraciones de protesta y un clamor popular que, ahora sí, parece destinado a la extinción.

Hay proyecto y presupuesto. Nada debería impedir el inicio de las obras este mismo año, incluso, antes de la conclusión del curso. Pero ya nadie se fía. Ni siquiera haber rescatado las buenas relaciones con el Gobierno aragonés, tras la ruptura con el anterior que estuvo a punto de acabar en los tribunales, conduce al convencimiento pleno.

Lo que sí ha satisfecho, y mucho, a los estudiantes ha sido la bajada de precio de las tasas aprobada para este curso. Por primera vez en los últimos 20 años, el precio de las carreras baja. Y lo hace hasta un 7% de media. La noticia adquiere especial relevancia si se tiene en cuenta que los precios públicos han estado congelados los tres últimos años y que sufrieron un aumento del 15% en la pasada legislatura.

Reducción progresiva / La reducción será mayor -hasta el 9,5%- en las titulaciones de mayor experimentalidad, es decir, aquellas con los créditos más caros en función del número de profesores necesarios para impartir docencia. De este modo, un crédito de un precio de 20,15 euros pasará a 18,74, lo que supone que el coste de la matrícula de carreras como Arquitectura o Medicina pase de alrededor de 1.550 euros a 1.400. Ese, precisamente, es el objetivo de Gobierno de Aragón y Universidad de Zaragoza: abaratar el coste de las carreras más caras. De hecho, su precio es uno de los más elevados de toda España. Por el contrario, el de los grados con nivel de experimentalidad 4,5 y 6 -aquellas con el precio del crédito más barato- son de los más bajos del país, por lo que, en estos casos, la reducción será casi simbólica -entre el 0,5% y el 1,5%-.

La rebaja en el campus público será, pues, progresiva en función de la experimentalidad, que también reducirá sus niveles de seis a cuatro para ir reduciendo las diferencias entre un nivel de experimentalidad y otro.

Según un informe presentado recientemente por el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), la mayor distancia de precios dentro de una comunidad entre diferentes carreras se da actualmente en Cataluña (856 euros), seguida de Castilla y León y Aragón, con una diferencia de 791 euros y 724 euros, respectivamente.

Pero el curso se afronta con otra serie de medidas destinadas, según la institución académica, a crear una universidad «más accesible». Se trata, por ejemplo, de la bajada de un 20% del precio del máster no habilitante, el incremento de becas de excelencia o de las ayudas al estudio para grado y máster de la Universidad de la Excelencia.

Además, el Gobierno de Aragón ha incrementado la partida destinada a ayudas para máster y movilidad, además de la que complementa la beca Erasmus. También se han creado cupos de reserva para la admisión de discapacitados en estudios de grado, máster y doctorado.