La Universidad de Zaragoza justifica su política de tasas a pesar de que los estudiantes, a través del sindicato EDU, han iniciado una campaña para exigir la reducción de estos precios públicos, sobre todo, a través de una disminución de los grados de experimentalidad establecidos por la Universidad de Zaragoza para diseñar esas tasas. En concreto, el sindicato pide, en el marco de la huelga educativa programada para el día 9 de marzo, que estos se reduzcan de los seis actuales a solo uno y que el precio de las tasas sea «el mínimo del que existe ahora».

Fuentes del Rectorado, sin embargo, recordaron que la experimentalidad «debe reflejar los importes reales de impartir las titulaciones. Y, para no comprometer la calidad, la Universidad de Zaragoza debe cubrir el coste de los estudios, aunque estos ingresos puedan venir a través de la financiación que recibe o través de las tasas. Actualmente, todos los estudiantes abonan en torno a un 15% del coste de la titulación que están cursando».

En este sentido, el campus considera una política «más progresista» aumentar las becas «y no subir las tasas a pesar de la inflación». De hecho, estas mismas fuentes recordaron que la institución académica incrementó en 150.000 euros la partida de becas en sus presupuestos de este año. «Esta cantidad distribuida entre todos los estudiantes del campus sería una bajada insignificante pero, sin embargo, en ayudas pueden facilitar el acceso a la educación superior a estudiantes que sí lo necesiten», indicaron.

En todo caso, desde el campus público se apunta que «también hay que valorar que es probable que el cálculo de la transferencia del Gobierno central al autonómico no sea el correcto y esto, necesariamente, acaba repercutiendo en la financiación de la Universidad de Zaragoza».

De momento, Gobierno de Aragón y universidad mantienen un contacto «continuo y fluido» para evaluar las tasas y valorar las políticas de acceso», indicaron desde el Rectorado.