La Universidad de Zaragoza se lanza hacia la compra innovadora junto a otros campus. La institución firmará un compromiso para la licitación conjunta del suministro eléctrico, aunque no se incorporará hasta enero del 2019 cuando concluya su actual compromiso contractual. «Se tomó la decisión tras una reunión, a principios de este año en Zaragoza del G-9 (grupo integrado por las universidades públicas de Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura, Baleares, La Rioja, Navarra, Oviedo, País Vasco y Zaragoza) en la que se dijo que explotaríamos la compra conjunta de suministros», expone Alberto Gil, gerente de la Universidad de Zaragoza.

La iniciativa comienza con el de energía eléctrica. Así, cinco de esas nueve instituciones (La Mancha, Oviedo, La Rioja, Navarra y Zaragoza) firmarán el convenio que compromete a esa licitación conjunta. «Las otras aún no pueden hacerlo porque tienen compromisos adquiridos por su comunidad autónoma o por los pliegos, pero nosotros hemos arbitrado ya ese instrumento para iniciar una licitación que será mucha más atractiva ya que nos abrirá a ofertas más económicas de licitadores», expone el gerente. La licitación la iniciará La Mancha, a la que se le acaba ya el contrato vigente, y las otras cuatro universidades, que también se incluirán en el acuerdo marco, se irán incorporando posteriormente. La siguiente licitación ya se hará en bloque.

El objetivo es el de abaratar costes. «La cantidad que nos podamos ahorrar dependerá de los licitadores, pero hay que tener en cuenta que la Universidad de Zaragoza consume 25.000 megavatios y pasaríamos a un volumen de 75.000 entre todas, es decir, representamos un tercio del total al ser la más grande. Triplicamos la oferta para que las empresas concurran y nos den su precio», expone el gerente de la universidad, que desde el año pasado compra energía verde limpia.

La iniciativa no es nueva. Ya se lleva a cabo en el consorcio de universidades catalanas -a las que se ha unido la Complutense de Madrid-, que licitan luz y gas de forma conjunta.

La institución madrileña ha ahorrado 2,5 millones de euros a través de una fórmula que la Universidad de Zaragoza no descarta aplicar también a otros suministros como gas, seguridad o limpieza.