La Universidad de Zaragoza ha sacado a concurso un total de 359 dotaciones de plazas destinadas a profesores asociados de cara al próximo curso. La cantidad es considerablemente superior a la del año pasado, cuando se ofertaron alrededor de 150 menos, aunque desde la institución académica restan trascendencia a este repunte, que achacan a diversas cuestiones, como el vencimiento de más contratos o cambios en la metodología docente desde la entrada en vigor del Plan Bolonia. "Tenemos necesidades superiores que hace años, como algunas asignaturas que empezamos a contabilizar a partie de ahora", explicó Ismael Jiménez, director de Secretariado de Contratación de Profesorado.

La oferta, publicada ayer en el BOA, se refiere a la convocatoria que la institución académica realiza anualmente para contratar docentes de forma temporal. Estos asociados, que componen el grueso de la plantilla, trabajan fuera de la universidad, en la que imparten docencia durante unas horas.

Así, a estas 320 dotaciones a tiempo parcial con una duración de cuatro años se unen otras 39 destinadas a docentes asociados en Ciencias de la Salud. Se ofertan a personal médidco que trabaja en el Salud que se permite que alumnos sigan su actividad profesional en el hospital y, por tanto, no dan clase.

En esta ocasión, esta oferta se lleva a cabo después de que el rectorado se haya visto en la necesidad de hacerlo ante las bajas por jubilaciones, fallecimientos o personal que se ha ido de la universidad y la obligación de cubrir solo el 50% de esas vacantes con puestos fijos debido a la tasa de reposición.

Los criterios para la asignación de plazas se imponen desde cada departamento, aunque la universidad admite que los méritos ya no son los únicos requisitos evaluables, sino que cada vez se tiende a realizar más pruebas "para visualizar la idoneidad de los aspirantes", indicó Jiménez, que ejemplificó con Filología Inglesa. "Siempre debe haber prueba de Inglés, no basta solo con los méritos para un puesto así", apuntó.