Los chalecos antibalas que portaban los dos guardias civiles asesinados por Norbet Feher, alias Igor el Ruso, junto a una masía en Andorra (Teruel) se han situado en el centro de las peticiones de investigación de las asociaciones profesionales del Cuerpo.

Tanto la representación legal de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) como de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), constituidas como acusaciones populares en la causa penal, han reclamado a la instructora del caso un informe sobre la eficiencia de los chalecos ante la munición empleada por Feher.

Desde estas asociaciones se incide en la necesidad de clarificar el funcionamiento de estos chalecos a fin de determinar las posibles responsabilidades existentes vinculadas al suceso.

En un comunicado, la AEGC destaca que los equipos ROCA de la Guardia Civil, de prevención de robos en zonas rurales, no tienen asignados chalecos de protección para realizar su labor, y agrega que al menos uno de los que empleaban los agentes asesinados no era reglamentario, sino de propiedad particular.

Esta organización advierte de que en función del informe solicitado a la juez, emprenderá "todas las acciones legales que sean necesarias, ya que muchos agentes disponen de ese modelo de chaleco y es responsabilidad del fabricante asegurar la eficacia de los mismos dentro de las condiciones especificadas".

En relación a este punto, fuentes de la AUGC han precisado a Efe que el chaleco Fecsa reglamentario, que portaba Víctor Jesús Caballero, era el que portaba un mayor número de orificios, un total de cinco, así como manchas de sangre, tal y como consta en el sumario, cuyo secreto ha levantado la jueza instructora.

Una situación que, para esta asociación, que debe motivar una investigación que derive en una petición de responsabilidades.

Ambas asociaciones instan, además, a la titular del Juzgado de Instrucción nº 2 de Alcañiz que aporte el informe completo de la autopsia, cuyo contenido consideran esencial para clarificar la trayectoria de las heridas de bala que sufrieron los agentes asesinados y la distancia a la que fueron hechos los disparos.

Fuentes de la AUGC consideran necesario establecer con precisión la trayectoria, ángulo y probable distancia a la que se efectuaron los disparos para contrastar la versión del criminal serbio, que alegó ante la juez haber actuado para defenderse, tesis que rechazan desde la asociación.

En este mismo sentido se pronuncia hoy la AEGC, para quien la autopsia debe aclarar "de forma concisa" el desarrollo del ataque hecho por Igor el Ruso tanto hacia los dos agentes como al agricultor asesinados, y sus posibles diferencias con el relato de Norbert Feher.

La eficacia de los chalecos antibala son una de las cuestiones que las dos asociaciones consideran centrales en el desarrollo de la labor de la instructora.

Desde la AUGC también se valora la importancia de las pesquisas que establezcan los movimientos del criminal serbio por España desde su fuga de Italia, así como sus relaciones con otros delincuentes de los que habría tratado de obtener ayuda, datos que el ordenador y el móvil podrían clarificar, pero que actualmente están bajo secreto sumarial.

La asociación reclama explicaciones en torno al operativo de búsqueda "insuficiente" que se estableció tras los dos intentos de asesinato llevados a cabo por el criminal serbio en el municipio de Albalate del Arzobispo, una semana antes de matar a los dos agentes y al agricultor en la población próxima de Andorra.

Al parecer, tras los dos intentos de asesinato en Albalate del Arzobispo, no se realizaron pruebas de dactiloscopia para tratar de identificar al sospechoso, sobre el que pesaban órdenes de Interpol procedentes de Italia y Serbia.