Alrededor de 14.000 aragoneses con edades comprendidas entre los 65 y los 85 años podrían sufrir algún tipo de demencia. Los expertos consideran que esa cantidad corresponde a un porcentaje de entre el 6% y el 8% de las casi 226.000 personas con esta franja de edad que actualmente hay en la comunidad y es inferior al índice (12,5%) que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como prevalencia de la demencia en término medio a nivel mundial.

Además se prevé que el número de personas con demencia se duplique prácticamente cada 20 años en todo el mundo. El descenso de población (constatado en abril pasado de forma oficial por primera vez en 17 años) unida a los avances tecnológicos, el descenso de natalidad, el aumento de la emigración y el no retorno de los emigrantes jubilados incrementarán más aún el gran envejecimiento previsto que en el 2050 se traducirá en España en 15 millones de personas mayores de 65 años, el 33% de la población, lo que conlleva más personas con más patologías asociadas al envejecimiento.

En este sentido, numerosos científicos--entre ellos Javier Olivera, investigador del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Psicogeriatría-- consideran que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) aplicadas a la psicogeriatría (rama de la medicina que trata las enfermedades mentales de las personas mayores) pueden mejorar estas previsiones, ya que permiten, entre otros beneficios", intervenir en los trastornos mentales de los mayores de forma más natural, permitiendo la observación, monitorización e intervención de los pacientes en su entorno habitual", aseguran.

EXPERIENCIAS La monitorización mediante la tecnología abre "multitud de líneas de investigación", especialmente en el ámbito de las demencias y patologías relacionadas con el deterioro cognitivo "pues hasta ahora no se había podido hacer un seguimiento a la persona en su entorno habitual y únicamente se conocían los detalles de su vida y la carga de cuidados que necesita", exponen los científicos.

Además, ya se han llevado a cabo experiencias piloto con buenos resultados con servicios de monitorización en el hogar vía wifi, bluetooh o móvil y sobre todo, teleasistencia, a través de videoconferencia, pantalla táctil o televisión.