El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, presentó ayer su renuncia al cargo por motivos de salud. Una noticia que pilló por sorpresa y se conocía pasadas las 12 de la mañana. Una hora después comparecía ante a los medios para explicar que, aunque se siente "espiritualmente fuerte" y físicamente no se "encuentra mal", el problema tiene que ver con "el forzamiento diario" al que él somete su cuerpo porque, según afirmó, el ministerio pastoral exige "la donación de toda la persona".

No señaló ninguna enfermedad en concreto, pero Ureña recordó que en los últimos seis años se ha sometido a varias operaciones, entre ellas una de corazón, en la que se le instalaron dos by pass en las arterias, además de una intervención "seria" de próstata en el 2012 --que no supuso cáncer-- y otra del menisco de la rodilla izquierda en el último año.

El arzobispo insistió en que todas estas situaciones, sumadas a las exigencias del cargo --como la cantidad de viajes que ha de realizar constantemente--, hace que los médicos hayan aconsejado su renuncia, "sobre todo, por el bien de la Iglesia".

Y su abandono no es algo aislado en la institución religiosa. Ureña aseguró que sucede "todos los días". Por diferentes cuestiones se presentan renuncias de obispos.

Ureña seguirá viviendo en la capital aragonesa, por el momento en el Palacio Arzobispal --"alguien tiene que cuidar el palacio por la noche", bromeó-- y posteriormente se alojará en un piso en la casa de los canónigos. "He sido muy feliz en Aragón y espero seguir siéndolo hasta que el Señor me lleve", dijo el prelado, nacido en Albaida, Valencia.

También reconoció que le hubiese gustado dejar el cargo con el conflicto de los bienes solucionado. "Tienen que volver a Aragón" porque son suyos, pero pidió paciencia a las instituciones aragonesas. Recordó que pese a que "la titularidad sea de la Iglesia", los bienes que se encuentran en el Museo Diocesano de Lérida pertenecen al territorio aragonés. "La cosa reclamada a su dueño", sentenció.

El arzobispo reveló ayer que presentó su renuncia al Papa Francisco hace unos meses pero el Vaticano anunció la aprobación de la renuncia de la misma. El Vaticano especificó que la renuncia de Ureña Pastor, de 69 años, se enmarca en el artículo 401.2 del código de Derecho Canónico, que regula las renuncias de los obispos por enfermedad u otras causas graves que impidan el desarrollo idóneo de su cargo.

MÁS RENUNCIAS

Este no fue el único abandono en las diócesis españolas que se produjo ayer. Ángel Rubio Castro, renunció al obispado de Segovia por motivos de edad. En su lugar, el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, fue designado nuevo obispo de Segovia por el Papa Francisco y tomará posesión de su nuevo cargo el próximo 20 de diciembre de este año.

En la despedida del arzobispo de la diócesis zaragozana se pudieron ver caras conocidas como la de Domingo Buesa, director del Museo Diocesano, sacerdotes de toda la ciudad, así como empleados de la Casa de la Iglesia. En todo momento estuvo arropado y se le vió feliz, desde el primer Ave María hasta el aplauso que puso fin a su trayectoria.