En las estribaciones del Parque Nacional de Ordesa, en uno de los parajes de mayor fuerza natural del Pirineo aragonés, se crían ya vacas con ADN de la prestigiosa raza japonesa Tajima (Wagyu), tras un proceso de injerto de embriones en reses autóctonas.

El promotor de esta iniciativa es un joven empresario de hostelería de la zona e ingeniero agrónomo, Jorge Rabal, empeñado no solo en ampliar y mejorar la oferta de carne que ofrece en su restaurante, El Balcón del Pirineo, sino en un ilusionante proyecto de mejora de la raza pirenaica. Desde Buesa, un pequeño núcleo de población perteneciente al municipio de Broto desde el que se atisban las mejores vistas del valle del río Ara, este emprendedor sopesó, en el invierno del 2014, la posibilidad de introducir cabezas de Wagyu de la línea Tajima, la misma que se cría en Kobe, en el Pirineo.

«Nuestros objetivos son desde este momento disponer de animales de raza pura Wagyu a partir del 2019, analizar la adaptabilidad de la raza al tipo de explotación local y establecer inicialmente una cabaña de diez reses para ofrecer una carne fuera de serie que tiene un veteado especial», destaca Rabal.