El ex primer ministro francés Manuel Valls ha elogiado hoy en Zaragoza a España como un ejemplo de transición a la democracia y por su nivel de descentralización al tiempo que ha defendido la necesidad de mantener la separación de Poderes y la actuación de los jueces en el procés catalán.

Aunque no ha querido desvelar si ya ha decidido si se presenta como candidato a la Alcaldía de Barcelona en los próximos comicios, Valls ha asegurado que se está pensando la posibilidad "no solo por el procés" sino porque Barcelona es "una marca internacional increíble, cosmopolita, que puede ser parte de la solución" y que merece ser "una de las grandes capitales de España, la capital del sur de Europa, más que la capital de la hipotética república de Cataluña".

Lo ha dicho a preguntas de los periodistas con motivo de su presencia en Zaragoza para participar en la presentación del libro colectivo "Anatomía del procès", del que es autor del prólogo, en una rueda de prensa junto con el sociólogo Pau Mari-Klose, la politóloga Aurora Nacarino-Brabo y el historiador Joaquim Coll, coautores de la obra.

El objetivo de Valls es "unir a los barceloneses con un proyecto que genere ilusión" pero no ha querido concretar su decisión porque, ha advertido, no ha venido (a Zaragoza) para anunciar su candidatura.

Preguntado si comparte la opinión del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, sobre la liberación de los presos independentistas, ha subrayado que cuando hay nacionalismos y populismos que tratan de romper la democracia liberal y la separación de poderes, "cuando se tiene una responsabilidad hay que respetar esa separación de poderes y la actuación de la Justicia".

Del libro, en el que también ha participado Josep Borrell, ha destacado que se trata de "reflexiones útiles para entender lo qué ha pasado e imaginar el futuro".

En este sentido, Joaquim Coll ha advertido de que el "punto de inflexión" en Cataluña se producirá "cuando el independentismo reconozca que el problema es en Cataluña entre catalanes", porque el problema, a su juicio, es que "ellos no reconocen a la otra parte" y por eso ha compartido la postura del Gobierno central de exigir que haya diálogo.

"Iremos por buen camino el día que el independentismo reconozca que la unilateralidad no conduce a ninguna parte" y reconozcan que "la democracia constitucional tiene que ser respetada y que las cosas se tienen que hacer con grandes consensos", ha resumido Coll quien, en el caso de los presos, ha advertido de que aunque no estuvieran en la cárcel "las cosas no serían muy diferentes; habría igualmente un juicio".

Por su parte, Pau Mari-Klose cree que a corto plazo "no existe" una solución porque "la cosa está inflamada" y aunque el gobierno está "tendiendo puentes que generan confianza" como la oferta para reforzar el autogobierno o el debate de la reforma de la Constitución "va a tener que pasar tiempo y van a tener que restituirse muchos vínculos que en su momento no eran necesariamente de confianza pero eran de lealtad" pero que "han estado rotos demasiado tiempo".