Ojalá que llueva café en el campo, para que en La Romana oigan este canto. Así decía una de las canciones más célebres del dominicano Juan Luis Guerra, apelando a la solidaridad a aquellos vecinos de su país que ocupaban mansiones lujosas en La Romana, una de las zonas residenciales más exclusivas del mundo. Entre Julio Iglesias, Sharon Stone, los altares donde se casaron Michael Jackson o Luis Alfonso de Borbón, y los parajes en los que se rodaron Rambo 2 y Apocalipse Now, está la vivienda de la alcaldesa de La Muela, María Victoria Pinilla. Una mansión en los Altos de Chavón valorada en cerca del millón de euros y a nombre de su hijo Víctor. Ambos están relacionados con la presunta trama de corrupción urbanística que ha acabado con Pinilla en prisión.

La revista Interviú publica en la edición que hoy aparece en los quioscos alguna de las características de esta mansión, valorada en un millón de euros como mínimo y que --según esta publicación del Grupo Zeta-- fue escriturada por un valor mucho menor en el año 2005. Prendada de las bondades de uno de los paraísos del mundo (paradójica realidad ocultada en una de las naciones más pobres de América) el entorno de la alcaldesa y su familia llegó a ofrecer a ciudadanos de Zaragoza y La Muela la posibilidad de adquirir mansiones o solares en una partida de La Romana llamada Casa de Campo. La documentación que aportaban obra en poder de este diario.

ESCRITURAS DE BAJO COSTE

La ganga no estaba tanto en el precio de la vivienda (pues se pueden adquirir desde el medio millón de dólares hasta los seis millones), sino en el precio de las escrituras, muy por debajo del valor real. Podían escriturarse por unos 200.000 euros. Lo mismo que Pinilla dijo al juez tras su detención que le había costado.

La empresa para la que mediaba el entorno de la alcaldesa era Costasur, que ofrece la posibilidad de adquirir estas viviendas. El precio oscilaba en función del número de habitaciones, de la posibilidad de que estuviera amueblada, tuviera vistas al campo de golf o al mar o tuvieran piscina, jacuzzi o varios niveles.

Para bolsillos menos pudientes, se podían comprar muelles, dársenas o barcos. Un lujo que compensaba al decir que podía estar amarrado en turquesas aguas al lado del de Shakira o del de George Bush, entre otros.

El año 2005 fue especialmente intenso para las actividades de Pinilla en la isla, que visitó en varias ocasiones. Una de ellas en noviembre, junto a otros 300 muelanos más, alojados en el selecto Punta Cana Princess. Todo incluído y sufragado a medias entre el consistorio y los turistas.

Pero ese viaje también sirvió para demostrar el carisma de Pinilla en la República Dominicana, recibida hasta por el vicepresidente de la nación, Rafael Alburquerque, e impartió una conferencia ampliamente recogida en los medios locales. La charla se titulaba La energía eólica: alternativa para el desarrollo de un sistema energético autosostenible. La alcaldesa fue invitada por el Instituto Nacional para la Formación Técnica y Profesional del Gobierno dominicano. Porque, tal vez haciendo caso a la canción de Juan Luis Guerra a los selectos inquilinos de La Romana, Pinilla era una de las benefactoras de un plan benéfico que tiene la Fundación San Valero en uno de los barrios más pobres del país.