La quema de combustibles fósiles y las emisiones de dióxido de carbono no son la causa del cambio climático". Así de contundente se mostró ayer el catedrático de la Universidad Técnica de Berlín, Marco Schmidt, en la Tribuna del Agua de la Expo. El científico alemán subrayó que el aumento global de las temperaturas es debido a la deforestación del planeta ya que, aseguró, "es la vegetación la que atrae las precipitaciones". En este sentido, criticó que la tala de árboles acaba cada año con 350 kilómetros cuadrados de superficie boscosa en el mundo y concretó que si continúa "esta brutal agresión" la práctica totalidad de bosques desaparecerá en 80 años: "Cada vez hay menos árboles, lo que conlleva una reducción drástica de las lluvias y la posterior desertización".

Schmidt realizó estas declaraciones en el transcurso de la jornada Agua para la recuperación del clima, una mesa redonda organizada por la delegación de Eslovaquia en la que todos los ponentes abogaron por impulsar el denominado nuevo paradigma del agua, que se basa en la recuperación y preservación de los recursos hídricos de la atmósfera y del subsuelo. Así, los expertos analizaron cómo la recogida del agua de lluvia a gran escala permite renovar el ciclo del agua, controlar la temperatura y contribuir a disminuir el impacto de los períodos de sequía, las inundaciones y los incendios, además de contribuir a la preservación de la biodiversidad.

Por su parte, el investigador de la oenegé eslovaca People and Water, Michal Kravcik, explicó que el hecho de que la vegetación atraiga a las precipitaciones no es un conocimiento reciente y apuntó que el antiguo paradigma defendía la preservación del agua de la superficie, ya fuese de ríos, mares o lagos. En la actualidad, hay que plantearse la necesidad de cambiar este modelo y "promocionar la preservación y recuperación del agua del subsuelo que no se recupera tras las lluvias".

"En la atmósfera y en el subsuelo hay diez veces más agua que en los ríos, por eso es tan importante preservar estos recursos hídricos", recalcó Kravcik. Asimismo, apuntó que la tala de árboles no es la única acción del hombre que afecta a los recursos hídricos del subsuelo y de la atmósfera, puesto que la alteración del curso de los ríos también influye. Según aclaró el investigador eslovaco, al acortar los ríos y eliminar los meandros "el agua desciende con mayor fuerza y erosiona el suelo lo que ocasiona una menor infiltración del agua".