El trágico accidente ocurrido el martes en el paseo María Agustín de la capital aragonesa en el que falleció un ciclista ha puesto de relieve, en opinión de los usuarios, algunas deficiencias de diseño del carril bici. Tantos los vecinos como el colectivo Zaragoza en Bici coinciden en pedir una solución para evitar otros accidentes en los que también se vean implicados los viandantes.

Jorge Isac reside en el número 97-98 de este paseo y denundió «el peligro para los peatones que cruzan el paso de cebra» ante la Junta Municipal del Casco Histórico. «Bajan a toda velocidad y algún día vamos a tener algún susto, bien sea con alguna persona mayor o conmigo cuando voy con el carro de los niños», lamentaba a este diario.

No es la única persona que destaca la peligrosidad de esta zona. María Jesús Gutiérrez es otra vecina de la zona, quien reconoce que «siempre tiene miedo» cuando va a poner el pie sobre la calzada porque «no hay vez que no pase una bicicleta por delante o por detrás». «Está en rampa, pero deberían tener un poco más de precaución con nosotros», resaltaba. Una denuncia que ya tiene respuesta desde la Unidad de Motoristas y Educación Vial de la Policía Local que resalta «la dificultad de exigir una limitación de velocidad al no disponer este tipo de vehículo de velocímetro, por lo que la colocación de un radas no daría lugar a la sanción por posibles excesos».

No obstante, desde esta unidad se compromente «dentro de las disponibilidades de personal y de los servicios a realizar, que reforzarán la vigilancia, así como la sanción a este tipo de conductas. Un problema que desde el colectivo Zaragoza en Bici reconocen. Su portavoz, Javier Tello, señaló a este diario que «es un peligro tanto para peatones como para ciclistas». Por ello, solicitó la instalación de un semáforo que avise a los usuarios del carril bici que hay prioridad para los peatones.

Una situación que se repite, según Tello, en otras calles como la avenida Goya o Anselmo Clavé. El sistema de bandas lo descartó por peligroso.