Los vecinos de Casablanca exigen al ayuntamiento el cierre de la gasolinera de autoservicio ubicada en vía Ibérica. Denuncian que llevan luchando por ello desde junio del 2014, cuando el consistorio les informó de su construcción y les dio un plazo de 15 días para presentar unas alegaciones que no surtieron efecto. El dato más sorprendente, explican, llegó con su apertura el pasado 23 de julio.

Al parecer, aunque la estación de servicio funciona las 24 horas, solo cuenta con una trabajadora que está la mitad del horario de apertura. "Es una gasolinera fantasma, algo que está prohibido en Aragón", lamentaron ayer los vecinos. Según explicaron, hay una empleada de ocho de la mañana a ocho de la tarde pero, "el resto del tiempo, no hay nadie que se encargue de que todo esté en orden". Les preocupa que, mientras está sin vigilancia, suceda una desgracia. "Hemos sido testigos de muchas imprudencias. Asusta ver cómo repostan algunos de los clientes", comentaron.

La asociación de vecinos de Casablanca Tomás Pelayo optó por enviar una carta para acercar posturas a la Junta Municipal del barrio. "Al estar la gasolinera desatendida, no se puede actuar en casos de emergencia. Hablamos de limpieza para evitar accidentes, fugas o incendios", explicó la agrupación.

Lo que tampoco entienden los vecinos es la "excesiva cercanía" entre la estación de servicio y las viviendas. Según comentaron, la distancia que separa algunas casas de la gasolinera es "de unos escasos 15 metros". "No sabemos cómo el ayuntamiento permite abrir este negocio en una zona habitada con problemas de seguridad vial y encima decir que no pasa nada", denunciaron. Lo que más les indigna es que "al final" tendrán que marcharse de sus "propios hogares". "No podemos vivir aquí sin parar de respirar contaminantes", concluyeron.