La junta directiva de la entidad vecinal 'Jaca sin perder el norte' se ha reunido hoy con la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, para exponerle su oposición al proyecto para la unión de las autovías A-21 a Pamplona y A-23 a Huesca, a su paso por Jaca, por sus "graves afecciones ambientales y al patrimonio".

La plataforma ha recogido ya más de 3.000 firmas para evitar esta actuación y ha planteado un trazado alternativo que mostrará a la representante institucional en una próxima visita a la zona, según han informado fuentes parlamentarias en una nota de prensa.

"Una infraestructura que es esencial, como la variante de Jaca, ha de hacerse de la forma que afecte lo menos posible a las vecinas y vecinos, y dado el número de apoyos que están recabando, la contestación social a este trazado es evidente", ha asegurado Barba, quien ha explicado a los representantes de la entidad cómo comparecer en la cámara autonómica.

La presidenta de la asociación, Margarita Langa, ha denunciado que el proyecto redactado en 2001 no consideró el plan urbanístico de la localidad oscense, por lo que la unión de las dos autovías provocaría afecciones en varias viviendas, el hospital, una residencia, el puente románico de San Miguel, depósitos de agua, un hotel e incluso el camino de Santiago.

Langa considera que las obras supondrán unos "daños irreparables" en el Valle del Aragón, un paraje virgen que para la responsable de la entidad vecinal debería tener una "especial protección paisajística y agrícola".

La presidenta de las Cortes se ha interesado por la situación del proyecto para la obra, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid aceptara el recurso contencioso-administrativo presentado por la entidad ciudadana y de que el Congreso de los Diputados votara en contra este verano de incluir financiación adicional en los Presupuestos Generales del Estado para la construcción de la misma.