La polémica sobre el fututo del mercadillo ambulante se intensifica. Si los vecinos del Arrabal y Romareda ya habían manifestado su descontento por la posibilidad de que se traslade a sus barrios, los vendedores exijen al Gobierno municipal celeridad en la toma de decisiones.

Ayer no se hablaba de otra cosa entre los puestos del mercadillo del párking de la Almozara. «No podemos vivir con esta incertidumbre, tienen que decir algo ya porque aquí nos estamos muriendo, no vendemos nada los miércoles y ya llevamos mucho tiempo a la espera», comentó Sergio C., propietario de uno de los puestos de ropa interior que aseguró que cada vez son menos los que montan.

Salvo casos aislados que están en contra de moverse de sitio, los vendedores coincidían en que el cambio de ubicación les permitirá acercarse a la gente. «La zona de Romareda siempre ha sido la mejor y, ahora, con la parada del tranvía, todavía más», aseguró Youssed Aouad, que añadía que montar cada miércoles en uno de los dos barrios, alternando su ubicación por semanas, les permitirá «llegar a más público».

De la Estación del Norte no hablaban tan bien. «La explanada es de grava por lo que los días de viento y lluvia no se podrá montar, además, no nos dejarían aparcar las furgonetas detrás de nuestros puestos», se quejó Amanda Jiménez, vendedora de utensilios del hogar. Aunque admitió que es una privilegiadas por la ubicación actual de su puesto, aseguró que «por el bien de todos lo mejor es cambiar. Solo hace falta que el ayuntamiento se decida». Desde el consistorio mantienen el mismo discurso: que se está estudiando la viabilidad de los solares disponibles, aunque, según admitieron miembros del Gobierno, solo se baraja la Estación del Norte y Romareda.

Mientras, la junta de distrito Universidad ha enviado una carta al alcalde, Pedro Santisteve, exigiéndole los expedientes e informes que se han hecho sobre este cambio, dado que no han recibido ninguna notificación al respecto. El presidente de la junta, Enrique Collados (PP), aseguró que el traslado a la plaza Eduardo Ibarra es «inviable» al estar ocupada por varios quioscos y una zona infantil. Los vecinos recordaban ayer que ya «se logró» en el 2006 que los puestos se reubicaran en otro barrio, entonces en San José, y que no están dispuestos a que vuelva el mercadillo

Desde la junta de vendedores insisten en que el rastro no se trasladaría, ya que solo monta los domingos, un día que, aseguran, sí es rentable, al contrario que los miércoles, cuyas ventas se reducen a la mitad.