El futuro de los depósitos de Pignatelli de Zaragoza ya está escrito. Pero solo eso, porque hace falta una gran inversión para poder hacer realidad un proyecto que lleva años coleando y actualizándose y que convertirá a esta zona en la envidia de todos los parques.

Incluirá de todo. Un enorme paseo, un anfiteatro siguiendo el estilo del Rincón de Goya del Parque Grande, un estanque con barquitos, tipo el del Retiro de Madrid, una biblioteca con paredes de cristal con salas para talleres y actividades varias y hasta un mini huerto urbano, aunque está por definir. También habrá un pabellón deportivo semienterrado, además de pistas al aire libre, y otro de mayores.

Y, para finiquitar, las viviendas, las 75 pactadas con el PSOE o más si el acuerdo con CHA -o Ciudadanos y PP, que tampoco se puede descartar- así lo decide. Todo ello envuelto en una enorme zona verde con un frondoso arbolado.

Prácticamente son todas propuestas ciudadanas -se recibieron 140- que se han incluido en el proyecto, por su importancia y envergadura y porque, sencillamente, es para uso y disfrute de los vecinos.

Conservación

Una de las premisas pasa por conservar los viejos depósitos. «No se trata de mantenerlos como restos monumentales, en sentido pleno, sino de no destruir todos aquellos elementos materiales que no sean imprescindibles». No hay que olvidar que es una infraestructura con mucha historia. Se trata de la primera instalación para la captación, el almacenamiento, la decantación, el filtrado y la distribución del agua de boca con la que contó Zaragoza. Es por ello, que la propia instalación hidráulica tiene un gran valor histórico que hacen casi obligatorio que se mantenga su esencia en la reforma. Además, desde el servicio de arquitectura advierten de que es necesario terminar con el desuso, el abandono y el peligro de unas instalaciones dejadas a su suerte durante tantos años.

La reforma integral permitirá dos cosas: mejorar la parca dotación de equipamientos en esta zona de la ciudad y adecuar el parque Pignatelli, prolongación de los depósitos. Según el proyecto, el depósito más adecuado para destinarlo al estanque es el que se encuentran más próximo al parque actual.

Dado que se quiere dedicar a actividades recreativas, se propone, por razones de seguridad, reducir su fondo así como reducir su largura para dejar sitio al paseo transversal que une el parque con la calle Guallar y la banda de equipamiento comprendida entre este paseo y la calle Maestro Estremiana. El vaso colindante se destinaría a crear tres áreas de juegos infantiles y alguna de mayores y otra para al cultivo urbano. En este último caso, los vecinos se mostraron reticentes así que se plantea colocar en su lugar paterres florales.

Servicios

El anfiteatro propuesto por los vecinos podría convertirse en un nuevo Rincón de Goya y se situaría en el depósito situado en la parte más alejada del parque. Según el proyecto, hacer un anfiteatro al uso, con gradas y pavimento duro, resultaría demasiado árido.

Dado que entre las peticiones también se encuentra la colocación de árboles frondosos que den sombra, sobre todo en verano, se sugiere la opción de disponer de una pradera en suave pendiente.

Al norte de los tres antiguos vasos, y a la altura de la casa del guarda, se dejará una banda libre para dar paso a las plantas de los equipamientos culturales y deportivos. Este nuevo paseo comunicará con la calle Maestro Estremiana y tendrá una doble hilera de plataneros de sombra y otra especie de gran porte y hoja caduca. Se busca, además de adecuar las especies arbóreas que ya existen, plantar otras nuevas que den grandes sombras.

En el anfiteatro se prevé colocar árboles de copa alta, para que no dificultar la vista, y con hoja perenne, para garantizar una masa arbórea durante todo el año.

También habrá otras caducifolias que reflejen el paso de las estaciones. Para amenizar la estancia, se abrirán dos quioscos e, incluso, se plantea poner una terraza en lo alto de uno de los edificios. Además, se está estudiando la posibilidad de permitir la instalación de mercadillos durante determinados días al mes, como sucede ya en espacios como Las Armas.