El modisto turolense Manuel Pertegaz, que ha pasado a la historia por diseñar a la mujer etérea, natural, estilizada y elegante, dio su última clase magistral con una creación inspirada en la personalidad de Letizia Ortiz, hoy reina de España, a la que enfundó en uno de sus característicos trajes de novia.

Los 96 años de vida del modisto, más de setenta dedicado a su pasión, dejan abierto un universo inabarcable de trabajos únicos, precisos, de marcado carácter personal que complica, hasta para su sobrina y heredera Sionin Caus Pertegaz, elegir una pieza.

"Me resulta muy simplista reducir a un trabajo la obra de mi tío", ha dicho su sobrina, si bien reconoce de inmediato que hacer el vestido de novia de Letizia Ortiz, hoy Reina de España, fue "muy importante, un honor, y él lo agradeció mucho".

Doña Letizia lució en su boda, en 2004, un modelo inspirado en la "línea princesa" que se componía de corte continuado desde los hombros al suelo.

La parte superior, ceñida al cuerpo y a las mangas, caía desde el talle hasta formar una cola de cuatro metros y medio a partir de la cadera.

Era un diseño que hablaba de Pertegaz al primer vistazo; de aparente sencillez, cada pieza encajaba con ligereza para que la novia pudiera manejarse a pesar de la longitud de la cola.

Alejado de cualquier detalle rocambolesco o de estilo barroco, el traje dibujaba unas líneas puras y sutiles que marcaban la figura esbelta de la novia.

En una entrevista concedida a Televisión Española tras darse a conocer que el modisto, que diseñó trajes para la Reina Sofía durante más de diez años, confeccionaría el vestido de novia, Pertegaz confesó su deseo de que todo saliera estupendamente: "Sólo deseo que la emoción no la domine".

El modisto sólo tenía halagos para ella: "Le sobra ternura", dijo entonces.

Una mujer que, además de ser un "sueño" para cualquier diseñador "por su empaque y su delgadez", aseguró Pertegaz, mostraba una "fuerte personalidad" y un "estilo" que le sirvieron de inspiración para el vestido.

El modisto contaba también que cuando vio a Letizia "por la tele", después de anunciar el compromiso con el príncipe, "le gustó" y quiso trabajar para ella.

La sorpresa llegó días después: "Yo estaba en mi casa, en la cama, desayunando mis zumos, y de pronto me llama al teléfono. Me dio un 'brusco' al corazón", decía el anciano diseñador, emocionado.

"Enseguida -relató Pertegaz- fui sumiso a sus explicaciones y me puse a sus disposición".

Así, el modisto diseño el vestido solo con la ayuda de la novia, y lo confeccionó únicamente su equipo, compuesto por 20 personas.

El maestro, que convirtió en cisne a mujeres tan deslumbrantes como Ava Gardner, Jacqueline Kennedy, Audrey Hepburn o Paulette Goddard, y a otras menos cinematográficas como Carmen Polo, o su hija Carmen Franco, marquesa de Villaverde, será recordado por las nuevas generaciones como el modisto que diseñó el vestido de boda de una reina. Aunque eso fuera solamente lo último que hizo.