El Colegio de Veterinarios de Zaragoza aseguró que no tiene constancia de que se esté produciendo un envenenamiento masivo e intencionado de perros en la capital aragonesa, por lo que llaman a la tranquilidad de los propietarios de las mascotas. De hecho, han activado un protocolo de actuación en el que las clínicas tienen la obligación de comunicar al colegio cualquier caso de muertes de animales que puedan haber estado motivadas por una intoxicación en los parques de la capital aragonesa.

Este protocolo está coordinado con el Ayuntamiento de Zaragoza que, en el momento en el que reciba aviso por parte del colegio, movilizará al perro entrenado para la detección de cebos tóxicos. Por el momento, este rastreador solo ha salido una vez por este tipo de alerta --en el parque Torre Ramona, en Las Fuentes-- aunque continúa realizando vigilancias programadas.

Desde el Colegio de Veterinarios creen que la alarma de casos se ha magnificado por "el boca a boca", ya que "cuando algo se repite mucho, acaba haciéndose más grande", pero insistieron en que ellos no han recogido ningún caso por el momento. De hecho, pide que cualquier propietario de perros que tenga sospechas de que su mascota ha sido envenenada a conciencia, lo hagan saber "lo más pronto posible" en las clínicas, ya que los veterinarios son "los únicos que pueden dictaminar si se trata de una intoxicación".

Fuentes de la institución explicaron que los cebos tóxicos suelen ser raticidas, ya que tienen un color atractivo y un sabor apetitoso. El problema es que no producen la muerte en el acto y, en cuanto pasan unas horas --entre 10 y 12-- y se disuelve el producto en el estómago del animal, es "prácticamente imposible hacer nada por él".

En cualquier caso, los veterinarios insistieron en que la práctica de envenenamientos intencionados "no es un tratamiento cotidiano y, menos aún algo que se produce como castigo a los dueños que dejan los excrementos en el suelo". Fuentes del colegio subrayaron que se trata de "una leyenda urbana" y que además "da ideas" a la gente que no tiene sensibilidad por los animales. "Es más una psicosis y nosotros seríamos los primeros en enterarnos si pasa", explican desde la entidad.