El Lunes Santo mantuvo el fervor desplegado en Zaragoza durante la jornada anterior del Domingo de Ramos, gracias a los cuatro vía crucis y una procesión que se desarrollaron a lo largo del extenso callejero de la capital aragonesa. Olía a incienso casi por sus cuatro costados. Lo hicieron posible La Dolorosa, en el barrio de San José; La Llegada en Valdefierro y La Exaltación, en el distrito de Casablanca. En el centro también hubo una importante representación de la mano del Nazareno que realizó su salida desde la iglesia de San Miguel, por segundo día consecutivo; las Siete Palabras desde la iglesia de San Gil y El Calvario que hizo la procesión de Las Tres Caídas por las inmediaciones de la basílica parroquia de Santa Engracia. La buena temperatura ayudó bastante.

Uno de los momentos más emocionantes se vivió en la plaza de San Miguel. Veinte minutos después de que salieran La Dolorosa de 1749 de manos de la sección infantil -incorporada a esta procesión hace cinco años- y el paso de la Conversión de María Magdalena, atravesaba el portón de la iglesia parroquial Jesús Nazareno. Muchos ojos se empañaron de lágrimas. Y es que es una de las tallas de mayor devoción en la capital aragonesa, especialmente porque es de las más antiguas, data del siglo XVII.

Este año iba especialmente acompañado en su procesionar, ya que iba escoltado por una veintena de agentes de la Jefatura Superior de Policía en Aragón con su comisario provincial, Francisco Jesús Navarro, a la cabeza. Tal circunstancia respondió a que, desde ayer, el Cuerpo Nacional de Policía es el hermano de honor de esta cofradía.

flores / El Nazareno resaltó más que otros años, ya que el exorno floral elegido -claveles y rosas rojas, principalmente- era más bajo de lo habitual para que la talla ganara en altura.

El sonido de los tambores, bombos y timbales acompañó a los pasos hasta que fueron encerrados en la iglesia de San Cayetano en torno a la 01.00 horas. Fue en la plaza de la Magdalena donde se realizó la estación de penitencia más representativa de esta cofradía cuyos terceroles morados tiñen el asfalto. La estética de las esclavas, que llevan en la cabeza un tupido velo morado sujetado por una diadema del mismo color, es una de las peculiaridades que la significan. También en el centro y a escasos metros realizó su procesión El Calvario. No solo su incienso dulzón la diferenció del Nazareno, también su hábito blanco con capirote y túnica granate.

Procesionaron con tres pasos, representación de las Tres Caídas que se interpreta de forma completa desde el 2013 cuando esta cofradía incorporó, siendo Fernando Blas su hermano mayor, a Jesús de la Primera Caída. Un paso realizado por el imaginero Manuel Reina que recuperó la tradición zaragozana de las andas. Destacó la gran cantidad de cofrades y hermanas de mantilla que participaron, a pesar de no ser la salida más importante de esta hermandad que es el Miércoles Santo durante el Encuentro con Los Dolores.