José Francisco Baltar, el profesor de la Facultad de Derecho sobre el que la Universidad de Zaragoza ha abierto una investigación por posible plagio, ha presentado su renuncia como vicedecano de Estudiantes. Así lo trasladó el pasado 10 de mayo al decano, Javier López Sánchez, que, precisamente, hoy tomará posesión de su cargo en su segundo mandato. Ocho meses después, la institución aún no ha resuelto.

Según ha podido saber este diario, la dimisión de Baltar como vicedecano obedece a «razones personales», entre las que se incluiría la falta de ánimo del profesor de Historia del Derecho tras ser acusado por Miguel Angel González San Segundo, catedrático jubilado de la misma área, de haber plagiado su proyecto docente, varias partes de tres obras publicadas y una tesis doctoral inédita.

Baltar llevaba ocho años como vicedecano de Estudiantes y el actual decano le habría pedido que continuara en el cargo, a lo que, al parecer, Baltar había accedido, dejando, según fuentes cercanas al profesor, la puerta abierta a su salida en caso de que así se lo solicitara el decanato.

Sin embargo, la renuncia se ha producido, según estas mismas fuentes, por voluntad propia de Baltar, que tampoco habría tenido el respaldo unánime de los estudiantes, algo de lo que sí gozó en etapas anteriores.

En este sentido, la dimisión también afecta al cargo que ocupaba hasta ahora como presidente de la comisión de Buenas Prácticas de la Facultad de Derecho creada en relación a los trabajos realizados por los alumnos de la facultad.

Sin embargo, Baltar no tiene intención alguna de abandonar la Universidad de Zaragoza, en la que continuará trabajando como docente. Además, tampoco renuncia a obtener la cátedra de la que fue desprovisto tras una sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Zaragoza del 19 de diciembre del 2011 y confirmada casi cuatro años después por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, por la que se declaraba nula la composición de la comisión que había propuesto a Baltar como catedrático. La resolución dejaba sin efecto todas las acciones y decisiones de la comisión. Ahora, el objetivo del docente es volver a presentarse cuando la cátedra de Historia del Derecho vuelva a convocarse. La plaza está desierta.

Según la denuncia ante el campus presentada por González San Segundo, el presunto plagio habría sido clave para que, el año pasado, la comisión determinara que Baltar no reunía las condiciones necesarias para obtener plaza de catedrático, concurso al que volvió a presentarse en julio.

La polémica se remonta a 1999, cuando otro profesor -entonces ayudante- del mismo departamento, José Solís, denunció que Baltar, que era miembro del tribunal nombrado para juzgar su tesis, la habría plagiado en un libro que escribió este en el 2001.

La denuncia llegó a la universidad en el 2011, pero el rectorado la archivó y también desestimó el recurso. Solís recurrió a la vía contencioso administrativa y el juez determinó, en enero del 2013, que se abriera un expediente informativo y, en su caso, disciplinario. La universidad resolvió en el 2016 el archivo de esa información reservada por haber prescrito y no ver «causas suficientes» y el juez también rechazó el recurso de Solís.