-- ¿Se puede aprovechar su experiencia como psiquiatra en la llegada de refugiados bosnios en el 93 para la actual crisis?

-- Toda la experiencia es buena, pero las circunstancias han cambiado. En el 93, la DPZ y la oenegé MPDL hicimos un convoy previo a la llegada de refugiados y fuimos con las tropas españolas. Vimos todo reventado, estuvimos en un campo de refugiados, en el hospital, el cementerio... Vinieron a Aragón 80 personas que se distribuyeron entre Zaragoza, Calatayud, Borja, Castilliscar, y aquella guerra se solventó en dos o tres años. Ahora, presuntamente van a venir varios cientos de refugiados. Y además, se ha radicalizado más el Islam y el conflicto no se va a resolver en dos años. Es decir: la estancia debe planificarse bien porque va a ser para unos cuantos años.

-- ¿Cómo se reaccionó entonces?

-- Se realizó un estudio sanitario y psicológico profundo. Se vio que había trastorno por estrés post- traumático, ansiedad... lógicamente porque venían de un conflicto. Recuerdo que al hacerles el test de la familia a los niños dibujaban pelotones de fusilamiento y otras tragedias. Pero los niños se recuperan muy bien de los traumas, afortunadamente.

-- ¿Cómo cree que se debe actuar ahora?

-- Las autoridades, la comisión que se cree --que ya tendría que estar creada-- debe prever cómo van a ser los repartos. Y cuando vengan, realizar un estudio y una buena clasificación para ver dónde es mejor ubicarles, cómo se puede aprovechar la preparación o la valía de esta gente, porque la mejor adaptación es un trabajo o que se sientan útiles. No se pueden crear guetos en ningún caso, pero tienen que facilitarse los contactos para que no pierdan sus señas de identidad.

-- Los gobernantes afirman que los protocolos están preparados, pero no se ha concretado cuántos recursos se destinan ni qué viviendas se ofrecerían...

-- Los protocolos están muy bien pero, personalmente, creo que hay que ver si funcionan. Creo que tiene que haber una coordinadora técnica por encima de los organismos públicos, que no creo que tengan que actuar con protagonismo. No tiene sentido luchar por un protagonismo porque cuando pasa la primera semana y se han colocado la medalla, nadie se hace cargo de nada.

-- ¿Cuáles deberían ser los primeros pasos?

-- Lo más importante es documentar su estado físico, psíquico y social. El estado mental será preocupante porque hay que ver todo el recorrido que están haciendo. Se habla ya de 400.000 muertos en la guerra, y a eso se añade el tránsito que están haciendo andando, en tren, en autobús, en barcos impracticables... El éxodo está añadiendo una situación más traumática todavía. La atención psicológica será una de las cosas más importantes.

-- ¿Se está contando con los profesionales para coordinar estos primeros exámenes?

-- (Duda) Que yo sepa, está por crearse una comisión de coordinación en el departamento de Inmigración del Gobierno autónomo. Enviamos un email para ofrecer nuestra colaboración y nos respondieron que estaban en ello y que se pondrían en contacto con nosotros.

-- ¿Cómo puede afectar que la mayoría de los refugiados haya pagado a las mafias para llegar a Alemania y se vean forzados a trasladarse a otros países?

-- Puede ser un problema porque tenían la esperanza de ir a Alemania. Aquí vendrán con una carga de frustración, porque no era su objetivo. Como nos pasaría a cualquiera. La gente va a venir molesta, por usar una palabra amable. Eso ya va a ser una reto. No tiene por qué ser nada grave, pero sí que es una situación de adversidad para ellos.

-- ¿Cómo se puede preparar la gente que ha ofrecido su ayuda?

-- Somos una sociedad de impulso. Y esto no es una catástrofe, en la que se actúa de urgencia. Esto va a suponer tener a miles de personas en España durante varios años. Quien se haga cargo tiene que estar mentalizado de que es una tarea para años.

-- ¿Falta concienciación?

-- La situación económica es complicada y ahora tenemos más emigración por temas económicos que en el 93. Puede haber zonas en las que, vamos a llamar, haya saturación de personas inmigrantes. Que ahora vayan más puede que irrite a gente. Eso también habrá que contemplarlo para mentalizar a las localidades receptoras.

-- ¿Hay riesgo de que se produzcan reacciones racistas?

-- A priori no tendría que haberlas pero hay que contemplarlo. Hay que explicar muy bien que es una situación de guerra y se trata de una respuesta humanitaria donde se exige solidaridad. Pero la solidaridad no se puede adquirir: o se tiene o no se tiene. Supongo que críticas habrá porque hay gente insolidaria.

-- En la crisis del 93 se actuó relativamente rápido. ¿Qué opina de cómo se está actuando ahora?

-- La Unión Europea está haciendo el lamentable ridículo de primar la burocracia y los intereses egoístas de cada país frente a la planificación de la crisis. Aún no han llegado al acuerdo. Cuando se decida, tienen que hacer los traslados lo más rápido posible porque estas situaciones deterioran cualquier psiquismo: la provisionalidad en pabellones no favorece que luego se pueda recuperar una situación de normalidad. Hay que pensar que cuando decidan finalmente las cuotas, comienza otra diáspora. Y vamos de cara al invierno, lo que siempre es más complicado.