Un grupo de familiares de las víctimas del Yak-42 se dio ayer cita ante el monumento a las víctimas mortales del avión ucraniano que regresaba a España el 23 de mayo del 2003 tras estar de misión en Afganistán. Han pasado 15 años desde entonces, pero los afectados, que disolvieron la plataforma que organizaron tras el suceso, se niegan a pasar página y siguen convencidos de que «no ha habido justicia».

«La asociación está disuelta», subrayó Miguel Ángel Sencianes, exresponsable de la entidad. «Pero si ahora, en los papeles de Bárcenas salieran los documentos del Yak, los primeros en estar allí seríamos nosotros, no nos parará nadie», subrayó durante la sencilla ceremonia en recuerdo de los fallecidos, en la que se encendieron 62 velas, una por cada víctima mortal, y se colocaron ramos de flores sobre la placa con los nombres de todas ellas.

Sencianes, al igual que Francisco Cardona, padre de uno de los militares muertos, hablaron de la necesidad de que el Ministerio de Defensa rinda un homenaje a los fallecidos. «El ministerio tenía cuentas pendientes con sus soldados y no ha querido repararlas», dijo el exportavoz de la plataforma, que se refirió a la «victoria moral» que supone que, pese a las dificultades encontradas, se demostrara que «aquellos aviones nunca se debieron contratar y que hubo negligencia».

Miguel Ángel Sencianes habló asimismo, como un triunfo de la plataforma, de la «recuperación de los cadáveres», en referencia al largo proceso de identificación tras la precipitada y errónea adscripción oficial de identidades.

Cardona, que perdió a un hijo de 28 años en la tragedia, exigió al Gobierno que «pida perdón a los fallecidos» y calificó a los muertos de «víctimas del terrorismo que se merecen un homenaje institucional».

«Nosotros venimos a celebrar nuestro Día de las Fuerzas Armadas aquí, aunque a nuestros hijos les gustaría estar desfilando en Logroño», afirmó Cardona en un tono muy dolido. «Yo no sé si queda algo pendiente o no, pero esperamos poco o nada ya», dijo José Antonio Gracia, hermano de una víctima.

«Se pueden hacer homenajes, pero pensamos que ya no es el momento», añadió. En su opinión, todavía se puede intentar dar algún paso en la cadena de contrataciones (42 en total). Con todo, en términos generales, se sintió «satisfecho». «No hemos conseguido el cien por cien de lo que nos proponíamos, pero sí un 60% o un 80%, y eso para nosotros es mucho», manifestó.