Pirotecnia Zaragozana no se instalará finalmente en Villanueva de Gállego. El ayuntamiento de esta localidad situada a 16 kilómetros de la capital aragonesa ha decidido dar un portazo al proyecto de nueva fábrica que tiene previsto llevar a cabo el grupo francés Etienne Lacroix. Su alcalde, Mariano Marcén, reconoce que la inversión de 5 millones es un "caramelito", pero que hay motivos medioambientales y de seguridad que priman en su negativa. El pasado día 15, el equipo de gobierno canceló la reunión con la empresa para tratar los detalles del plan.

Marcén recuerda que "todavía se desconocen" las causas del accidente ocurrido el 31 de agosto del 2015 en el que murieron seis trabajadores y otros seis resultaron heridos. Hecho que, tal y como reconoce, le produce "cierta intranquilidad", ya que las nuevas instalaciones estarían situadas a tres kilómetros de distancia del núcleo urbano de Villanueva de Gállego y a dos kilómetros de la urbanización de Las Lomas.

MEDIOAMBIENTE

El primer edil asevera que desde que Etienne Lacroix se puso en contacto con el consistorio para mostrar su interés en ubicarse en su localidad hasta la toma de decisión se han producido varias reuniones, especialmente con el concejal de Medio Ambiente, y visitas al lugar en el que se iba a erigir la nueva Pirotecnia Zaragozana. "Viendo el monte y teniendo en cuenta los campos próximos, creo que no era conveniente para el municipio", apunta. No obstante, se muestra "muy agradecido" por la predilección de los responsables de la empresa.

En este sentido, Marcén asegura que "prefiere" atraer otro tipo de inversores como el macroalmacén que el grupo Día ha instalado.

Ante ello, desde Pirotecnia Zaragozana han anunciado que sigue buscando emplazamiento para su nueva planta y que está en contacto con varios municipios diferentes. Destacan que la actividad pirotécnica es una de las más reguladas con autorizaciones administrativas en distintas competencias (seguridad, industria y medio ambiente), así como controles regulares de distintas administraciones, al tiempo que reiteran su compromiso a operar desde las más exigentes normativas de seguridad, desde la concepción de la fábrica hasta el procedimiento de fabricación.

Actualmente, en Pirotecnia Zaragozana trabaja una treintena de personas, si bien las previsiones del grupo Etienne Lacroix son que en una primera fase, a cuatro años vista, la empresa empleará a 35 personas, mientras que en un plazo de diez años ascenderán hasta 70. El nuevo proyecto necesitaría la compra de una parcela de 60 hectáreas

En un primer momento tenían previsto situarlo junto a la zona en la que se produjo la trágica explosión, aunque esa idea fue descartada ante la gran extensión de tierra que necesitan y los altos precios que pedían los propietarios de la zona de Garrapinillos. En la campa siniestrada, que está siendo limpiada, albergará su base comercial y de almacenamiento.

Las obras para reconstruir el centro logístico de Garrapinillos comenzarán antes de final de año y está prevista su apertura en 2017. El próximo ejercicio, y hasta que la fábrica esté operativa en el 2018, la firma preparará sus espectáculos pirotécnicos con material que, previsiblemente, comprará en China. Junto a los fuegos artificiales, también pretenden fabricar productos contra riesgos climáticos.