El juicio contra el exacalde de Santaliestra Francisco Javier Mur, acusado de malversar cerca de 100.000 euros de una subvención de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), quedó ayer visto para sentencia tras un proceso judicial que duró tres jornadas.
En la última de ellas, tanto el fiscal como el acusador particular mantuvieron que se impongan al exregidor una condena de cinco años por la presunta comisión de los delitos de prevaricación administrativa y malversación de caudales públicos.
Mientras, el abogado defensor solicitó la absolución alegando que, en el momento de producirse los hechos, en el año 2006, Mur actuó en todo momento con pleno convencimiento de que estaba obrando de manera correcta y legal.
Las acusaciones sostuvieron durante la vista oral que el exregidor, que ejercía el cargo en representación de Chunta Aragonesista, desvió 96.000 euros, de un total de 240.000, para que un grupo de vecinos de la localidad hiciera frente, supuestamente, a los gastos judiciales derivados del pleito interpuesto cuando la Confederación Hidrográfica del Ebro anunció que construiría una presa en el Ésera a la altura del municipio, situado en la Ribagorza.
El embalse nunca se llegó a hacer, al comprobarse que existían otras alternativas, pero el largo pleito dio lugar a que determinadas familias incurrieran en gastos, una versión que tanto el fiscal como el acusador particular negaron. Para ellos, Mur procedió de tal forma que unos vecinos accedieron a fondos para pagar créditos (entre otros su padre) mientras que otros no recibieron nada porque el procedimiento de su concesión no estuvo abierto a todos los que podían optar a los mismos.
La defensa mantuvo, sin embargo, que Mur actuó de buena fe y avalado por una decisión del pleno municipal. Además, hizo hincapié en que la entrega del dinero a los particulares se hizo con el visto bueno del secretario de la época, ya fallecido.
Mur ejerció el cargo de alcalde de Santaliestra hasta el año 2015, tras haber sido reelegido en varias ocasiones por sus convecinos.
