La cita era en la delegación especial de la Agencia Tributaria, en la calle Albareda de la capital aragonesa, donde iba a celebrarse la entrega de premios a los ganadores del concurso de redacción Carta a un Defraudador, un programa de educación cívico tributaria para la prevención del fraude fiscal. Allí acudía Alfredo Sanz, docente del colegio José Antonio Labordeta, acompañando a una de sus alumnas, de 5° curso, que figuraba entre las cuatro galardonadas. Pero no pudo presenciar la entrega porque, según él, "se me invitó a permanecer fuera" por, supuestamente, vestir una camiseta verde en defensa de la escuela pública.

"Iba acompañado de la dirección del colegio y del coordinador del ciclo. Como cada miércoles, llevaba esa camiseta con la que muestro mi apoyo a la escuela pública para todos y que ni siquiera es esa en la que aparecen unas tijeras, pero me han sugerido quitármela o darle la vuelta", asegura Alfredo, que se negó a acceder al recinto cambiando su indumentaria. "Fue cuando me dijeron que, entonces, era mejor que no entrara por órdenes de Madrid", dice.

Fue la organización del acto la que, sin altercados, intercambió esas impresiones con el docente, que "por no amargar el día a mi alumna", se quedó fuera. "No he hecho nada malo y lo que más me duele es que nadie ha dado la cara por esa decisión, ya que la que me lo transmitió solo seguía instrucciones y obedecía órdenes de alguien que no se presentó".

Ahora, Alfredo asegura contar con el respaldo de su centro para mostrar su rechazo a este hecho. "La jefatura de estudios me ha dicho que se publicará en la web del colegio" y lamenta la "censura" porque "yo solo pretendía acceder con una camiseta verde, sin pancartas ni intención de intervenir. De hecho solo llevaba un bolígrafo para tomar notas. ¿Qué hubiera pasado si me hubiese empeñado en entrar?", se pregunta.