Óscar Navascués es uno de los dueños del restaurante La Rinconada de Lorenzo de Zaragoza. Conoció la existencia de una operación que eliminaba la diabetes por el doctor Jorge Lorenzo. "Perdía 20 kilos una temporada, los ganaba la siguiente", relata. Pesaba 114 kilos y su analítica no era buena. Tenía 240 de colesterol (hay que tener menos de 200) y el azúcar llegaba a 300 (110 es el máximo). Todo eso unido a valores elevados de tensión (16-10).

Tener diabetes de tipo II le hacía el candidato ideal para ser sometido a la intervención. Y fue el primero en hacerlo en la capital aragonesa. "El doctor me explicó que si no me controlaba me iba a tener que pinchar, iba a padecer del hígado y del corazón", relata. Así que se decidió, acudió a su consulta y se hizo las pruebas.

Tuvo que estar comiendo solo líquidos durante diez días. "Entré un martes a las dos y el viernes estaba en casa, aunque ya al día siguiente de la intervención se me habían pasado todas las molestias", relata Óscar. Recuperó la alimentación normal de forma progresiva. Durante la primera semana solo pudo ingerir líquidos, luego estuvo otra semana más a base de purés y poco a poco fue introduciendo más alimentos. "El cambio fue espectacular porque yo antes hacía siete comidas insanas. Al principio psicológicamente estaba un poco tocado porque con una tortilla de un huevo ya estaba saciado, pero progresivamente fui comiendo más cosas: un plato de alubias, un solomillo...", recuerda.

Los resultados fueron espectaculares: pasó de 114 kilos a 82 y en la última analítica el nivel de azúcar fue de 82 y 114 el de colesterol. La tensión había bajado a 13-7. "Duermo mejor porque antes tenía apneas y roncaba. Las horas que descanso noto que de verdad he descansado. Ya no tomo ninguna pastilla para nada, solo una al día de vitaminas. Me voy a andar tres horas diarias y ya no me duelen las rodillas como antes. Estoy encantado", asegura. La única pega, bromea, "que he tenido que renovar el armario entero".