El juicio contra el que fuera jefe de la Oficina de Tráfico de la Policía Local de Zaragoza, Jesús Javier V. R., por grabar a sus compañeras quedó ayer visto para sentencia, tras la celebración de una vista oral en la que tanto la Policía Nacional como los forenses desmontaron la versión del encausado. La inspectora jefa de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional llegó a espetar: «Yo para protegerme grabo las caras y no las partes íntimas de la gente»; en alusión a que el procesado excusó su comportamiento alegando sentir «miedo» a sufrir algún tipo de agresión cuando alguien acudía a su despacho a hablar de multas.

La encargada de la investigación destacó que las pesquisas se iniciaron a raíz de que dos de las 14 víctimas se presentaran en su despacho para pedir consejo ante las sospechas de que estaban siendo grabadas. «Al principio no estaban seguras, les pedí que vigilaran con mucha prudencia y que se anotaran todos los pasos en un papel de cara a recopilar lo suficientes indicios para así poder ir al juzgado», destacó la inspectora, quien aseveró que «todas las trabajadoras coincidían en describir las mismas conductas y movimientos» por parte de Jesús Javier V. R.

Otro de los agentes, el encargado de visionar y analizar los vídeos, confirmó que en las 244 grabaciones intervenidas al encausado «solo salían mujeres, un policía local y el propio procesado». Añadió que se le localizaron otros 615 archivos que no se pudieron abrir, pero que tenían el nombre de algunas de las trabajadoras afectadas junto a términos como «culo» o «piernas» entre otros. De ellos pudieron extraer más de 5.000 fotogramas del disco duro que hicieron entrever el contenido de dicho material que trató de eliminar.

DIAGNÓSTICO

Las forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), Cristina Andreu y Marisa Tomás, incidieron en que Jesús Javier V. R. «no padece ninguna enfermedad mental y su consumo de alcohol no es crónico». No obstante, apuntó la psicóloga Andreu que sufre algún tipo de trastorno sexual «con distorsión elevada» enfocada en las piernas «lo que sugiere algún tipo de insuficiencia físicosexual».

Frente a este diagnóstico, los peritos psiquiatras, José Carlos Fuertes Rocañín y Marisa Hernández Torrijos, aseguraron que las grabaciones «no son por ánimo libidinoso, sino por su trastorno de alcoholismo unido a la idea desmedida de necesidad de protección».

Jesús Javier V. R. se enfrenta a 4 años de prisión que solicita Fiscalía y la abogada de las víctimas, Olga Oseira.