El Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido ampliar los controles sobre la presencia de larvas de mejillón en el agua y a lo largo de los próximos seis meses realizará análisis "específicos y sistemáticos" en cuatro de los puntos de las infraestructuras de captación, para conocer en tiempo real posibles afecciones. Los cuatros puntos son el Canal Imperial, la zona de decantadores, la elevadora del Ebro y en la tubería de la elevación. En total, invertirá para ello 12.000 euros. La actuación se suma al sistema de cloración automatizado que se instaló en el 2006 en la captación de agua de la elevadora del Ebro y en la planta potabilizadora, en la que se desplazó los puntos de precloración hasta las rejas de desbaste en el Canal Imperial, justo en el punto en que se recoge el agua que luego es tratada en las instalaciones. Ya que estos dos puntos son los que se consideran más sujetos a riesgo de invasión.

El fin de este nuevo estudio es conocer con mayor exactitud la posible presencia de esta especie en sus distintas fases de desarrollo biológico, así como la eficacia de los tratamientos adoptados para prevenirla. Los análisis consistirán en el estudio de las características físico-químicas del agua, cuya influencia es determinante para el desarrollo de la especie, la detección de larvas en sus cuatro fases de desarrollo y el estudio de colonización mediante testigos. "El agua que consumimos los zaragozanos tiene todas las garantías, y estamos realizando los esfuerzos necesarios para que sea siempre así", dice el responsable de Infraestructuras, Antonio Becerril, quien añade que "este estudio nos permitirá conocer en tiempo real posibles incidencias".