Zaragoza quiere seguir en el mapa mundial y, por ello, aspira a organizar otra muestra internacional reconocida por el Bureau Internacional de Exposiciones (BIE). La nueva Expo podría celebrarse en el 2014 y se englobaría dentro de la categoría de las exposiciones de horticultura recomendadas por la Asociación Internacional de Productores de Horticultura (AIPH) y el BIE.

El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y su equipo de colaboradores han mantenido durante todo el verano intensos y numerosos contactos con la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales (SEEI), que en principio respaldaría la iniciativa de Zaragoza y ya habría transmitido sus opiniones favorables y entusiastas al BIE de París.

La negociación, sin embargo, se ha llevado a cabo con mucho sigilo y prevención para guardar la baza hasta el final de la Expo 2008. Belloch ha transmitido ya un avance de la propuesta a los grupos municipales de la oposición e incluso se han buscado tres posibles emplazamientos para ubicar el nuevo recinto de la muestra. Los tres están próximos al río y situados al este de la ciudad.

El primero, y el que más gusta al equipo de Belloch, estaría ubicado en los terrenos que abarcan desde el Soto de Cantalobos, en Las Fuentes, hasta la trasera de la Facultad de Veterinaria y el límite del cuarto cinturón. La ventaja de esta primera opción es que consolidaría el degradado barrio de Las Fuentes y permitiría cerrar la expansión de la ciudad por el este, tal y como aconsejan los expertos en urbanismo. La desventaja, que los terrenos pertenecen a decenas de propietarios con los que habría que negociar, igual que sucedió con los antiguos dueños de las 25 hectáreas de Ranillas.

Los otros dos emplazamientos posibles serían unas parcelas situadas en la desembocadura del Gállego en el Ebro y un espacio de ribera en la margen izquierda a la altura de Vadorrey. La elección de uno u otros dependería de las dimensiones que pudiera alcanzar la exposición y de la capacidad de atracción de inversiones por parte de Zaragoza.

MANTENER EL OPTIMISMO

El alcalde Belloch tenía previsto desvelar este proyecto coincidiendo con el fin de la muestra internacional Agua y desarrollo sostenible para mantener el optimismo ciudadano y volver a ilusionar a los zaragozanos con otro gran proyecto de ciudad. Sin embargo, el mal momento por el que atraviesan sus relaciones con el Gobierno central por las críticas al ministro de Economía, Pedro Solbes, podrían haber hecho al primer edil pensarse dos veces su anuncio. Sin embargo, la crisis económica por la que atraviesa el país sí podría ser un revulsivo para Belloch. Y es que la organización de la exposición hortofrutícola supondría de nuevo potentes inversiones por parte del Estado y numerosas exenciones fiscales para las empresas participantes.

Poco ha trascendido hasta la fecha sobre la implicación que el Gobierno aragonés podría aportar a este nuevo proyecto de ciudad, pero todo apunta a que, como sucedió en los inicios de la Expo del agua, la propuesta de Belloch no dejaría de ser de momento más que una nueva idea del alcalde para el Ejecutivo de Marcelino Iglesias. No obstante, el respaldo de la Sociedad Estatal de Exposiciones Internacionales y del BIE de París al proyecto no dejarían otra salida al Gobierno aragonés que dar el espaldarazo al proyecto.

Este tipo de muestras internacionales tiene 48 años de vida. La primera se organizó en Rotterdam (Holanda) en 1960. Las últimas exposiciones horticulturales se han celebrado en el 2006 en Chiang Mai (Thailandia) y la ciudad alemana de Rostock en el 2003. En el caso de Rostock 2003 la inversión supuso una inyección económica de 120 millones de euros (la sexta parte que la Expo 2008) solo en el recinto. Con respecto a la de Chiang Mai 2005, el número de visitantes superó los 3,8 millones. En las tres últimas ediciones, el recinto ha superado las 60 hectáreas de superficie --más el triple del espacio de Ranillas-- y en la de Rostock se superaron las 100 hectáreas. También en las tres últimas muestras internacionales de horticultura el número de países participantes ha superado la treintena.

Si el proyecto de Zaragoza 2014 sale adelante, la Expo 2008 habrá valido la pena porque, a pesar de las críticas sobre la escasa proyección internacional y la falta de calado del mensaje sobre Agua y desarrollo sostenible en los ciudadanos, habrá servido para aprovechar los centenares de contactos internacionales que este verano ha tenido el alcalde Juan Alberto Belloch y los políticos aragoneses. Hace solo unos días, Belloch recordaba cómo le tildaban de "loco" cuando presentó la Expo 2008 por primera vez en Zaragoza. Habrá que ver ahora cómo se recibe la posibilidad de repetir en la organización de una nueva cita internacional.