El Ayuntamiento de Zaragoza prevé castigar la práctica del botellón con sanciones de entre 750 y 1.500 euros. La Policía Local se encargará de imponer estas multas si los jóvenes que se concentran en la vía pública para consumir alcohol dificulten el tránsito, la tranquilidad urbana o las condiciones de salubridad del entorno. Esta es una de las novedades que recoge el borrador de la ordenanza cívica sobre Fomento de la convivencia ciudadana y protección del espacio público. El texto, que el equipo de gobierno PSOE-PAR entregó ayer a la oposición, regula otras muchas situaciones cotidianas sobre cómo tender la ropa, cuándo tirar la basura o la prohibición de lavarse o bañarse en las fuentes urbanas.

El objetivo del equipo de gobierno PSOE-PAR es aprobar el documento en el 2008 y tenerlo en vigor para la Expo con el reto de que la ciudad siga siendo "una ciudad amable, tranquila y apacible". El borrador lo ha preparado el área de Presidencia que lidera Fernando Gimeno, pero socialistas y aragonesistas están en minoría y necesitan del apoyo de la oposición para aprobar esta norma. Por ahora, solo el PP está dispuesto a negociar.

En la pasada legislatura, esta ordenanza ya suscitó una fuerte polémica porque el borrador que manejaba el equipo de Juan Alberto Belloch había calcado párrafos enteros de la normativa de Barcelona --incluso estaban en catalán-- y regulaba cuestiones como la prostitución en la calle o el consumo de comida o bebida en la vía pública. Ahora el documento elimina de un plumazo estas polémicas cuestiones.

El espíritu del texto pretende huir de la restricción de derechos y se parte de un planteamiento de promoción y buen usos de esos mismos derechos. De hecho, se recogen cuestiones que ahora no estaban castigadas como el maltrato de los animales o la protección específica de las zonas verdes de la ciudad.

Según consta en el preámbulo del documento, se pretende reeducar antes que multar. El borrador aborda aspectos vinculados con las normas básicas de convivencia, el respeto a la dignidad personal, la protección y limpieza de los espacios públicos, el botellón o la alteración de las relaciones de vecindad.

Además, el texto que ahora trabaja la oposición para su debate después de las navidades hace especial hincapié en el carácter educativo. El equipo de Belloch se compromete por escrito a ampliar sus políticas y recursos municipales en los ámbitos de juventud, educación y servicios sociales. Para ello, se prevé mejorar la información, atención y prevención de conductas mantenidas en el espacio público. Incluso recoge la posibilidad de asesorar a los padres o profesores como agentes preventivos en la resolución de conflictos.

Uno de los artículos del texto hace referencia a la atención a la diversidad y destaca su intención de evitar actitudes contrarias a la dignidad personal o comportamientos xenófobos, racistas o sexistas. Incluso dedica unas líneas a la necesidad de favorecer la coordinación entre las distintas asociaciones de extranjeros.

Entre las cuestiones vinculadas con las normas de conducta, se prohíbe rasgar y arrancar carteles; exponer elementos domésticos en las galerías o ventanas; la práctica de juegos en el espacio público cuando causen molestias a los vecinos. Incluso, se regula el horario de riego en balcones y ventanas. Solo podrá hacerse, bajo amenaza de sanción, entre las 6.00 y las 8.00 de la mañana y entre las 23.00 y la 1.00 de la noche. Queda prohibido explícitamente partir leña, encender fuego, arrojar colillas, aguas o cualquier tipo de líquido a la vía pública. También se veta sacudir prendas o alfombras por los balcones. Asimismo, se pone coto a tirar basura bajo amenaza de sanción o a no usar los contenedores de recogida selectiva.