Con tan solo seis años a sus espaldas, la Feria del Mueble de Zaragoza se ha convertido en uno de los eventos de referencia en este sector a escala internacional, pues el 40 por ciento de los stands que alberga la Feria de Muestras son extranjeros.

Alemania, Taiwán, Estados Unidos, Singapur, China, Rusia, Reino Unido o Polonia son algunos de los países de procedencia en una Feria que hoy ha abierto sus puertas.

Esta proyección internacional vuelve a poner sobre la mesa el papel exportador que ejerce Aragón en el conjunto de la economía española, ya que, según ha apuntado en la inauguración el presidente de la Feria de Zaragoza, Manuel Teruel, es "una de las comunidades más internacionalizadas del país" al representar un 3 por ciento del PIB y el 5 por ciento de la exportación nacional.

Asimismo, con sus 101.715 metros cuadrados de superficie, la Feria del Mueble de Zaragoza "ocupa más del doble que la que se celebra en Valencia", ha destacado el director general de Industria, Comercio, Pymes y Artesanía del Gobierno de Aragón, Jesús Sánchez.

En este sentido, uno de los trabajadores de la empresa de distribución de muebles y artículos de descanso Marckeric, de Sollana (Valencia), Ricardo Asins, quien con este lleva tres años acudiendo a la feria aragonesa, ha destacado que la valenciana "ha decaído mucho durante los últimos años", a diferencia de la de Zaragoza, "más en auge".

Hay datos que ilustran el empuje de la Feria, tal y como ha reseñado la organización: se espera a más de 45.000 visitantes, se prevé un impacto económico en Zaragoza y en su entorno de aproximadamente 80 millones de euros y se calcula una ocupación hotelera de más del 90 por ciento.

La Feria permite, además, una radiografía de la industria. Asins, de hecho, en conversación con Efe, localiza el que a su juicio es el principal reto al que se enfrenta el sector del mueble en la actualidad: la forma de vender el producto.

Según explica, "la gente se ha vuelto mucho más práctica y, por ejemplo, los jóvenes que se independizan ya no buscan composiciones de salón y dormitorios como antes, sino sofás y colchones".

Por ello, empresas como Marckeric han tenido que adaptar su oferta a los gustos de los consumidores explotando las alternativas que ofrecen las plataformas digitales.

Irrumpe así el segundo gran reto de la industria del mueble: "poco a poco el negocio se va reconduciendo a la venta online", ha señalado Asins.

De hecho, muchas de las empresas, no solo del sector del mueble, están tomando cada vez más conciencia de lo importante que es invertir en comunicación y de lo que supone su presencia en internet y en las redes sociales.

La empresa zaragozana Pikolín, por ejemplo, ha diversificado su plan de medios y ahora mismo gran parte de su inversión publicitaria está destinada a la parte digital en lugar de a la televisión como hace unos años, según ha destacado su directora de comunicación, Ana Robledo.

Los clientes potenciales de Pikolin se encuentran en el territorio nacional principalmente. Como resultado de la crisis económica española, "hubo una importante bajada de las ventas en el mercado del descanso", ha apuntado Robledo antes de incidir en el determinante papel que juega la incertidumbre en los consumidores; esa incertidumbre viene actualmente de la mano de la situación catalana.

Para otras empresas que dependen en mayor medida del turismo, la coyuntura de Cataluña ha generado cierta paralización. Es el caso de la compañía Ghessu Bath de Utebo (Zaragoza), cuyo fundador, Román López, recuerda a Efe que la reciente recesión económica se notó más en el sector del equipamiento de cuartos de baño de hoteles y residencia (en el que opera) antes que en el turístico.

Ghessu Bath forma parte de un sector aún joven en España, el del "contract", el cual, según recalca su jefa de ventas, Susana Portero, "está en auge completamente". Se trata de un segmento orientado a dar una respuesta global y especializada en arquitectura, interiorismo y equipamiento hotelero. Por primera vez, la Feria del Mueble de Zaragoza lo ha incorporado a su oferta.

Para esta empresa de Utebo, el evento ofrece ante todo la oportunidad de contactar con clientes potenciales que, principalmente, provienen del extranjero.

El año pasado facturaron 6.000.000 de euros en exportaciones a zonas como México, Sri Lanza, Islas Mauricio, Brasil, Marruecos o San Petersburgo. Es una cifra que esperan duplicar en el 2018, según ha señalado Portero.