El pleno de Zaragoza dio ayer su visto bueno definitivo a la propuesta de constituir la Comarca 33 -o Central- en Aragón, un paso indispensable para que avance su tramitación en las Cortes, que es la que realmente la va a crear. Este llevaba en suspenso cinco meses por las dudas de la capital. El resto de municipios aguardaban un consentimiento que no se producía porque el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) no lo incluía en los temas a votar en el pleno y ayer alcanzó el consenso en una junta de portavoces. Aunque no estuvo exenta de polémica, reproches a las formas de gestionar este acuerdo, y medallas que cada uno se autoasignaba para poner fin a la «injusticia» que durante años vienen sufriendo el resto de localidades por el simple hecho de no cerrar el mapa comarcal de la comunidad.

«Hoy es un día importante para la historia de la ciudad y de Aragón», resaltó Pablo Muñoz, portavoz de ZeC, porque supone «ir cerrando el mapa institucional» de la comunidad autónoma y que ha sido posible, remarcó, porque la ley de capitalidad ayuda a despejar todas las «piedras en el camino» que se ha encontrado durante los últimos doce años.

El concejal presentó el documento aprobado por todos los portavoces apostillando las «premisas» con las que la ciudad da luz verde. Entre ellas, se distingue el «régimen especial» de Zaragoza como capital de Aragón, se aclara que «las competencias que se atribuirán» al nuevo ente comarcal «no se ejercerán dentro del término municipal», y se solicita a la DGA que la futura ley especifique que su participación «no supondrá aportaciones económicas a la hacienda comarcal, sin perjuicio de que pueda colaborar en la prestación de servicios», a través de convenios.

DOCE AÑOS

Solo faltaba Zaragoza y sus motivos generaban una polémica que, aún ayer y a pesar del consenso, se convirtió en críticas y reproches a la gestión de ZeC. Especialmente por esa «demora de cinco meses» que le recriminaron el PP y el PSOE. «El retraso es de doce años. Si era tan fácil, ¿por qué nunca lo hicieron?», respondió Muñoz al conservador Jorge Azcón y al socialista Carlos Pérez Anadón.

Aunque el portavoz de ZeC aprovechó el debate para introducir otro: «Debemos ir vaciando las diputaciones provinciales. Es hora de ir cuestionando su papel y plantear la transferencia de sus competencias», avanzó. En beneficio de las comarcas, que prestan servicios «con mayor eficacia».

Una idea que secundó CHA, cuyo portavoz, Carmelo Asensio, defendió que la comarca es la «mejor fórmula», frente a otras más «vetustas» como las diputaciones. El nacionalista consideró que Zaragoza así «despeja cuestiones fundamentales» y deja de ser un «impedimento». «Sí que es un día histórico», celebró.

No lo era para Azcón, para quien el debate sobre las diputaciones «es lo que dice siempre la izquierda y que luego, cuando gobierna, no hace». Y en el sí a la comarca, «un auténtico parto», contrastaba con la ley de capitalidad, en la que ZeC hizo «imposible» el consenso.

Pérez Anadón consideró que se hará historia cuando la aprueben las Cortes, pero que no tocaba ser «pomposo» cuando llevan 5 meses usando este acuerdo «como arma de negociación de no se sabe bien qué». La presencia de Zaragoza en la comarca será «testimonial», pero ya lo era en julio. Y sobre el papel de la DPZ, abogó por «reformar» la institución.

Sara Fernández, de Ciudadanos (Cs), destacó que «no es un cheque en blanco sino una muestra de buena fe» para crear una comarca que es «una oportunidad de corregir los errores del pasado», por el «desorbitado gasto que ha supuesto la carga política» en algunos ejemplos.