Seis de las diez ciudades más pobladas de España no han conseguido aprobar sus presupuestos para 2017, una anomalía que se ceba con los denominados ayuntamientos del cambio, aquellos gobernados por partidos afines a Podemos como los de Madrid, Barcelona o Zaragoza.

De las diez capitales más habitadas sólo han entrado en 2017 con los deberes presupuestarios hechos las de Valencia, Palma, Las Palmas y Bilbao, mientras que Madrid, Barcelona, Murcia, Sevilla, Zaragoza y Málaga han tenido que prorrogar las cuentas de 2016.

Por ejemplo, en Madrid, el equipo de Manuela Carmena (20 de los 57 concejales de la corporación) estuvo negociando hasta el último minuto del año pasado con los socialistas, pero el PSOE ha exigido negociar un nuevo presupuesto.

En Barcelona, Ada Colau, de En Comú Podem, gobierna en coalición con el PSC, pero juntos sólo suman 15 de los 41 ediles. No obstante, ha echado mano de un mecanismo extraordinario para no prorrogar los presupuestos más de lo necesario, que pasa por someterse a una cuestión de confianza.

De esa manera, la oposición tiene de plazo hasta el 23 de este mes para presentar un candidato alternativo a Colau y, de no ser así, ella continuará de alcaldesa y las cuentas se darán por aprobadas.

Menos problemas espera tener Pedro Santiesteve en Zaragoza (9 de 31 concejales), donde Zaragoza en Común ya ha aprobado en solitario el proyecto presupuestario y está negociando con PSOE y CHA a la espera de la votación definitiva a finales de este mes.

Otras ciudades gobernadas por partidos afines a Podemos, como Cádiz, con José María González "Kichi" (10 de 27), o A Coruña, con Xulio Ferreiro, de En Marea (también 10 de 27), también han empezado el año sin cuentas nuevas. Este último no descarta usar la cuestión de confianza como Colau para sacarlas adelante.

Tampoco han logrado de momento los votos necesarios en Sevilla (PSOE), Málaga (PP) y Murcia (PP), las tres gobernadas en minoría y que han tenido que prorrogar sus presupuestos a la espera de acuerdos con otros partidos.

No han tenido obstáculos, en cambio, en Valencia, donde Joan Ribó, de Compromís, gobierna con el apoyo del PSPV y Valencia en Comú, y los sacó adelante tres días antes de Navidad.

Tampoco los de Bilbao, Murcia, Palma y Las Palmas. En esta última con polémica incluida, ya que se ha concentrado la tramitación y la aprobación definitiva en apenas una semana, cuando suele durar un mes.

Al margen de las ciudades más pobladas, la situación es dispar también en el resto. Por ejemplo, en Toledo se ha aprobado inicialmente el presupuesto con el voto a favor de los concejales del PSOE, IU-Ganemos y Ciudadanos y el voto en contra de los ocho concejales del grupo popular.

Oviedo, donde gobierna un tripartito formado por PSOE, Somos e IU, no ha logrado todavía sacar adelante las cuentas de 2017, mientras que en Gijón los presupuestos presentados por el equipo de gobierno de Foro están en vigor con el apoyo del PP y la abstención de IU y de la marca local de Podemos.

Sus vecinos de Santander han estrenado en 2017 sin asignaturas pendientes, gracias al voto favorable de PP y Ciudadanos. Un poco más allá, en Pamplona, también tienen presupuestos.

En Galicia, han aprobado sus cuentas el Ayuntamiento de Vigo, con mayoría absoluta del PSOE, y el de Pontevedra, donde gobierna el BNG en minoría pero ha logrado la abstención de la Marea. Por el contrario, no lo han hecho los de Santiago, Ourense y Lugo, con alcaldes en minoría.

Ni Badajoz ni Mérida tienen aún presupuesto y la capital extremeña incluso requiere el visto bueno del Ministerio de Hacienda, ya que el consistorio está intervenido por incumplir el plan de ajuste del año 2014.

Sí ha cumplido el Ayuntamiento de Cáceres, muy madrugador además, ya que dio el visto bueno el pasado 1 de diciembre al presupuesto para 2017.

Desde luego, de esa forma no le pasará lo que al municipio alicantino de Orihuela, que aprobó los presupuestos el pasado 29 de diciembre... pero los de 2016. Aunque no debe ser tan raro para ellos, que habían estado funcionando con la prórroga de los del 2012.