La ciudad de Zaragoza ha rendido hoy homenaje a los soldados polacos que cayeron en los Sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia española y que, aunque desde el bando de Napoleón, luchaban también por la libertad de su patria.

El homenaje, celebrado en la basílica de Santa Engracia, se enmarca en los actos del doscientos aniversario de la marcha de las tropas francesas, organizado por la Asociación Los Sitios, y que ha contado con la presencia del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, del embajador de la República de Polonia, Tomasz Arabski, y del ministro Jan Stanislaw, director de la oficina de excombatientes y personas represaliadas de Polonia, entre otros.

El embajador ha asegurado que la resistencia del pueblo aragonés fue un "ejemplo de gran patriotismo" con el que se encontraron unos soldados que "vinieron de lejos porque trataban de luchar por su libertad" y se encontraron con otros jóvenes que luchaban por lo mismo.

"Nunca en la historia, los soldados polacos tuvieron tanta discordia moral como aquí en España", ha resaltado por su parte el ministro Jan Stanislaw, quien ha señalado que esta intervención, en la que cayeron unos 300 soldados polacos, se convirtió "en un remordimiento de conciencia nacional".

Según Stanislaw, los polacos "aprendieron mucho" de este levantamiento de toda la nación contra Napoleón, y "nunca más participaron en guerras injustas".

El coraje que observaron del pueblo aragonés pervivió durante años en el espíritu de los polacos de quienes se dijo que en 1939 defendieron Varsovia como Zaragoza, ha apuntado.

Pero el objetivo de este homenaje no ha sido celebrar ni una guerra ni una victoria, sino que, como ha dicho Juan Alberto Belloch, refleja "el alma de un pueblo que amaba a su ciudad y asombró a Europa, tapando las brechas de las murallas con sus cuerpos".

Y también reúne el recuerdo a unos hombres "excepcionales, que venían de una tierra asediada y mil veces repartida", que fueron admirados por el pueblo de Zaragoza y que cuando volvieron a su tierra contaron unos acontecimientos que "sirvieron para modelar la conciencia moderna de Polonia".

Aunque el alcalde Zaragozano ha reconocido a los medios que "no es frecuente" homenajear a quienes lucharon en contra, con estos actos se contribuye a la paz.

En el mismo sentido se ha pronunciado el embajador polaco, para quien es "muy importante" esta oportunidad de encuentro y ha destacado la placa conmemorativa que se ha descubierto como "símbolo de amistad" y para que en un futuro se pueda ver desde el punto de vista de dos pueblos que tienen objetivos comunes de paz, democracia y unión europea.

Tras la imposición de varias condecoraciones, entre ellas al presidente de la Asociación Los Sitios, Gonzalo Aguado, se ha depositado una corona de laurel bajo la placa conmemorativa, grabada en castellano y polaco, en recuerdo por los caídos en todos los bandos de la contienda.