El Ayuntamiento de Zaragoza impulsará a la vuelta del verano la ejecución de tres proyectos de rehabilitación que, con financiación europea, reportarán mejoras a 77 viviendas sociales del parque municipal, 53 de ellos ubicados en la calle Maestro Tellería, en el barrio Oliver, y otras 24 en Alejandro Casona, del Actur. Se trata de ejecutar trabajos dirigidos a mejorar su eficiencia energética y permitir ahorros en el consumo que desde la sociedad Zaragoza Vivienda estiman que podrá rondar el 50% sobre el gasto actual. Una intervención con vocación de exportar a otras zonas de la ciudad y que, sumado a la última fase de la reforma de la Casa del Director en la Azucarera del Rabal, conforman una inversión global de un millón de euros.

Así lo explicaron tanto el concejal responsable de Vivienda en el Ayuntamiento de Zaragoza, Pablo Híjar, como la responsable de proyectos europeos de la sociedad municipal Zaragoza Vivienda, Paloma Bozman, quien además explicó que el objetivo que se marcan ahora es que los trabajos puedan comenzar «el próximo mes de octubre». Estas obras, añadió, tendrán una duración aproximada de ocho meses, de manera que «en septiembre del 2018» podrían estar funcionando todas las mejoras a aplicar en las viviendas escogidas.

De momento, la sociedad municipal ha dado luz verde a la publicación de los pliegos para la contratación de los trabajos de rehabilitación. Así, la actuación en Oliver tendrá un coste estimado de 795.623 euros (IVA no incluido), la del Actur otros 154.000, y la de la Casa del Director en la Azucarera otros 279.641 euros. En este último edificio, además, su ejecución, calculada en unos seis meses, significará la culminación de un proyecto en el que ya se llevan invertidos 1,22 millones de euros y que busca reabrir sus puertas como centro de promoción, divulgación y estudio de las economías alternativas.

BUILDHEAT

La intervención en Oliver se enmarca dentro del proyecto europeo BuildHEAT, en el que Zaragoza forma parte de un consorcio público privado con 18 socios de 6 países con el que se investigan nuevas fórmulas que reduzcan el consumo en calefacción y refrigeración. Y a eso irán dirigidas las obras en las fachadas este, oeste y sur del bloque que linda con la calle Jerónimo Cáncer, unos inmuebles que, destacó Híjar, tienen más de 25 años de antigüedad y siguen usando calentadores y radiadores eléctricos antiguos. Además, se licita un contrato por valor de 75.000 euros con el que se pretende hacer partícipes a los vecinos de las medidas de ahorro a implantar.

La del Actur, por su parte, pertenece al plan de pobreza energética, con el que se ejecutarán estos trabajos orientados a la sustitución de cerramientos exteriores. Se trata de una intervención de envergadura que no se puede acometer con el contrato de mantenimiento ordinario.