Dos años ha tardado en llegar pero ya es inminente que salga a concurso la denominada operación baldosas del Ayuntamiento de Zaragoza. Un proyecto con el que se pretende actuar en aquellas aceras en mal estado, con el pavimento roto, bordillos sin rebajar o alcorques deteriorados y al que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) va a destinar tres millones de euros entre este 2017 y el 2018. Un contrato que irá «a demanda» de los propios distritos, en base a las quejas vecinales recibidas, que se prevé comenzar a ejecutar «después del próximo verano» y que podría generar «unos 120 empleos».

Así lo anunció ayer el responsable de Urbanismo de Zaragoza, Pablo Muñoz, que destacó que este será el mayor contrato a nivel nacional restringido solo a empresas de economía social que, entre otros objetivos tendrá el de «dar trabajo a personas de difícil empleabilidad, que han sido expulsadas del mercado y que, como son perfectos profesionales, se ocuparán de ello». Una salida laboral a ciudadanos que tienen muy difícil el acceso a un puesto a través de las «unidades móviles» que se pretende conformar para ir dando solución a todos aquellos problemas en aceras que afectan al día a día de los zaragozanos.

Con esta apuesta, «se restringe el mercado» al que va dirigido esta licitación, expulsando automáticamente a todas esas grandes empresas que, habitualmente, suelen hacerse con este tipo de contratos. A esas otras firmas, las de inserción y los centros especiales de empleo irán dirigidos los tres lotes de 500.000 euros anuales, 1,5 millones en total, para el 2017 y el 2018.

El objeto de esta intervención es llegar a todas aquellas calles donde hay deficiencias y mejorar la escena urbana con actuaciones del llamado «urbanismo de las cosas sencillas». Las actuaciones que llevarán a cabo las empresas que resulten adjudicatarias se centrarán, explicó Muñoz, en rebajes de bordillos en pasos de peatones, biselado en los que haya un resalte de uno a tres centímetros y colocación de baldosas podotáctiles; la reposición de pavimento desprendido; el enrasado en alcorques vacíos con zahorra compactada con emulsión polimérica; o la aplicación de producto antideslizante en escalones de escaleras, señalización, colocación de pasamanos y sustituir otras por rampas.

Además, se contempla el desbroce de cunetas, la aplicación de protección anticorrosión en barandillas metálicas, el abujardado de pavimentos deslizantes y la eliminación de barreras arquitectónicas.