El Ayuntamiento de Zaragoza reclamará a la sociedad Zaragoza Alta Velocidad la entrega efectiva del puente del Tercer Milenio para que este pase a formar parte, siete años después de su construcción, del patrimonio municipal. Así lo aseguró el responsable del área de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, quien explicó que, tras consultarlo con los juristas de la casa consistorial, cuenta con un informe que asegura que la obligación de pagar más de diez millones de euros por el IVA de la transmisión no existe. En su interpretación, la interpretación que hace ZAV para reclamarlo es inexacta y que en el caso de que el ayuntamiento estuviera obligado, ya habría prescrito porque hace cinco años que se formalizó el documento de entrega que sirvió para su puesta en servicio.

Rivarés reclamó, a raíz de lo publicado por EL PERIÓDICO, los informes técnicos y fiscales sobre este asunto. Ayer, en declaraciones a este diario, explicó que, en base a ellos, "existe una anomalía en este proceso" pero que "de haber tenido IVA tendría que haberse firmado en el momento de la permuta por la que el ayuntamiento cedió el suelo a ZAV para construir la obra o que habría estado exenta del impuesto porque la entrega no es del terreno sino de las obras realizadas en él". "La entidad que ejecuta el puente, ZAV, lo hace sobre un suelo que el consistorio le cede pero no entrega. Y esa exención abarca a toda obra entregada por esta sociedad. De no ser así, hoy ya habría prescrito ese IVA", apostilló.

No obstante, el responsable de las finanzas municipales afirmó que se va "a poner orden en la entrega, para que el puente se inventaríe como propiedad municipal, porque desde el 2010 nos estamos ocupando de su limpieza y mantenimiento".

Además, indicó que se ha topado con "otra anomalía: en la contabilidad municipal no existe ningún dato contable que refleje ni siquiera que el suelo fuera cedido a la sociedad ni que haya sido entregado al ayuntamiento". "Desde el 2000, el inventario municipal no está todo lo ordenado que cabría esperar", lamentó.

Respecto a las responsabilidades políticas o la interpretación que hace de la gestión anterior, opinó que lo ocurrido "es solo una anomalía" y que el ayuntamiento "tuvo un exceso de cautela porque si estaba exento, deberían haberlo reclamado ya". Rivarés prefiere no hablar de irregularidades, sino "una forma poco elegante de trabajar".