El Ayuntamiento de Zaragoza se acerca un poco más al objetivo en el que se trabaja desde hace 15 años de apertura al público los baños judíos, ubicados en la céntrica calle del Coso, y que se espera que se puedan visitar a partir de principios de 2019.

El alcalde Pedro Santisteve ha visitado hoy este singular espacio, ubicado en el sótano del número 126-132 del Coso, para anunciar esta iniciativa, después de que el Gobierno de Zaragoza aprobara los últimos trámites para el proyecto de recuperación.

Este espacio histórico, ubicado en el sótano de un bloque de pisos, es ya "plenamente municipal", después de que el consistorio haya fijado un justiprecio de 70.000 euros por la expropiación de los baños judíos y de que la cantidad haya sido aceptada por los propietarios del inmueble.

El alcalde ha recordado hoy, en declaraciones a los periodistas, los "quince años de muchos esfuerzos" por parte de los grupos municipales que han precedido a este trámite, con mención especial a CHA y PSOE, para recuperar este espacio histórico-artístico.

Los baños judíos aparecen ya citados en diversos documentos del siglo XIII y están ubicados en lo que en aquella época se denominaba como "Judería Abierta", frente al "Castillo de los Judíos", cuyo emplazamiento ocupa ahora el Real Seminario de San Carlos y que cumplía las funciones de cárcel, sinagoga mayor, hospital y carnicería.

Desde este castillo se pasaba por una puerta llamada de la Carnicería de los Judíos a los baños, que estaban ubicados al otro lado del Coso.

Tal y como ha explicado el investigador de la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Juan Carlos Lozano, estos baños eran también denominados como "baños del rey", ya que era propiedad del monarca que los tenía arrendados.

Aunque, según el investigador, los baños, obra mudéjar del siglo XIII, pertenecen a la tradición árabe y eran utilizados por una amplia parte de la población, muchos de ellos, judíos que habitaban en esa zona.

Fue a finales de los años 60 cuando el arquitecto que construyó el bloque de pisos donde se ubicaban los baños, trasladó dos de las estancias que estaban en la planta calle al sótano, y se llevó a cabo una restauración.

En la actualidad se conserva solo una parte de aquellos baños: una sala, sensiblemente rectangular dispuesta a modo de claustro con cuatro tramos en las galerías cortas y cinco en las largas, abovedada con crucería sencilla que apea en diez columnas para separarlo del espacio central, rectangular y cubierto con una bóveda esquifada, han detallado fuentes municipales.

Esta gran sala comunicaba con otra más pequeña, de dos tramos abovedados con crucería sencilla, eliminada al hacer la nueva edificación.

Para el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, Domingo Buesa, "este paso supone recuperar un espacio notable de la historia de la ciudad, con el que ganamos todos los zaragozanos", ha dicho en nombre de esta institución, que ha participado activamente en el proceso de recuperación de los baños.

Ahora, ha explicado el consejero de Urbanismo, Pablo Muñoz, el principal reto es trabajar para la accesibilidad a estos baños ubicados en el sótano, estudio para el que los servicios municipales ya están elaborando un proyecto arquitectónico y museográfico.

El proyecto incluiría un espacio museístico en el local contiguo, propiedad del ayuntamiento, desde el que se accedería en ascensor al sótano donde se ubican los baños, un conjunto que permitirá "conocer y explorar la judería zaragozana con una perspectiva pedagógica", ha añadido el consejero de Cultura, Fernando Rivarés.