Zaragoza registró durante el año pasado 3.200 accidentes, un 1,3% menos que en el 2016, cuando fueron 3.242, y además el número total de heridos fue de 957, un 3% menos que el año anterior. Sin embargo, los siniestros ganaron en peligrosidad, tanto en heridos graves, que pasaron de 116 a 143, como en los fallecidos, que se duplicaron, de dos a cuatro.

Así lo detalló ayer el Ayuntamiento de Zaragoza, en un adelanto de lo que será la memoria de la Policía Local del 2017, que se suele presentar en junio, durante la fiesta de la Patrona, la Virgen del Portillo.

Según recordó el consistorio, los cuatro fallecidos fueron un ciclista -arrollado en agosto cuando iba a incorporarse al paseo María Agustín desde la calle Aljafería-, un motorista -que recorrió San Juan Bosco en contradirección, y cuya muerte fue dada por suicidio por la Policía Nacional-, el ocupante de un vehículo -fallecido en un choque de turismos en el cruce del puente de la Almozara con Valle de Broto- y un peatón, arrollado por el tranvía en la plaza Aragón.

SIN COMPUTAR

Además, el año pasado se produjo una colisión del tranvía con una ambulancia, cuya ocupante fallecía también a los pocos días en el hospital, y otro arrollamiento en el Actur en octubre, que se tomó como suicidio. Ninguna de las dos, al parecer, computa como víctima de tráfico.

El aumento de los fallecidos fue estadísticamente notable, pero también es cierto que sigue siendo una cifra baja, más si se compara con los 14 fallecidos que se dieron en el 2010, más aún con los 22 del 2005 o los más de 30 que eran habituales a finales de los años 80 del pasado siglo.

En cuanto a los heridos graves, se trata del peor registro en los últimos ocho años, pero aplicando la misma perspectiva histórica que en los fallecidos, hasta el 2005 lo más habitual era superar ampliamente los 300 heridos de consideración.

En cualquier caso, el consistorio destaca el repunte de los atropellos, que el año pasado no solo causaron el fallecimiento del peatón del Actur sino que produjeron 62 de los 143 heridos graves, 10 más que el año anterior. Los atropellos se incrementaron un 9% respecto al 2016, al pasar de 271 a 296.

Otro aspecto que preocupa, porque crece aunque no se dispare, es la conducción bajo los efectos del alcohol. La Policía Local arrestó el año pasado en Zaragoza a 450 conductores, bien por superar la tasa penal de alcoholemia (190), bien por conducir bajo la influencia del alcohol (260). Esto supone, como recordó el consistorio, que hubo más de un arresto al día -concentrados además los fines de semana-, lo que es preocupante por el riesgo para la seguridad vial que supone. Por no mencionar que fueron 25 arrestos más que el año anterior.

También se incrementaron, aunque muy ligeramente, los arrestos por conducir habiendo consumido drogas, que fueron 28, frente a los 25 del 2016. En estos casos los tests suelen tener una gran tasa de acierto, ya que se practican a quienes presentan síntomas de hallarse bajo la influencia de los estupefacientes, aunque no hay cifras de pruebas practicadas.