Zaragoza respira el aire de mejor calidad de los últimos años y, de hecho, por primera vez la capital cumple con los criterios que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el caso de las partículas en suspensión PM10 --de hasta 10 micrómetros de tamaño--, uno de los cuatro indicadores que marcan el diagnóstico del aire de una urbe. El tranvía, la peatonalización, las zonas 30 y el menor uso del automóvil --también por la crisis-- han sido las causas de esta reducción cuantificada por la Agencia municipal de Medio Ambiente.

De este modo, según revela el informe del 2012, descontando los episodios africanos --la irrupción de masas de aire de este continente con una alta concentración de polvo fino del desierto-- que distorsionan los datos finales, Zaragoza registró una media de 19,6 microgramos por metro cúbico de aire, mientras que el valor recomendado por la OMS es de 20 y que la ciudad debe cumplir legalmente, según la normativa europea, es de 40 microgramos por metro cúbico. "Estamos en un 50% por debajo de lo obligatorio. Es un dato espectacular", asegura el director de la Agencia de Medio Ambiente, Javier Celma.

BUENOS DATOS La tendencia a la baja es constatable en los últimos años, fundamentalmente desde el 2005, cuando las estaciones medidoras del Picarral, Renovales y Roger de Flor superaban con creces el valor límite diario permitido y que la legislación marca en 35 veces al año. Por ejemplo, en el 2006, el ejercicio con peores cifras, la del Picarral superó esta cifra 209 veces; la de Renovales, 94 ocasiones; y la de Roger de Flor, 122 veces. Los malos datos se prolongan hasta el 2008 y solo a partir del 2010 se cumple con la ley.

La explicación de esta evolución está clara. "Son los tres años en los que se construyó Valdespartera, los cierres del cuarto cinturón, cuando se hacen los grandes párkings de la Expo. La ciudad tenía grandes obras, que se hacían muy deprisa y que precisaban mover grandes cantidades de materiales", recuerda Celma. Además, el viento --Zaragoza tiene entre 114 y 120 días al año con una velocidad superior a 55 kilómetros por hora-- producía el movimiento de las partículas en suspensión, lo que aún empeora la situación. "Se hicieron analíticas y comprobamos que las cifras se correspondían a estos materiales y no a metales pesados", relata Celma.

La situación, no obstante, mejoró a partir del 2009 en una tendencia que se mantiene hasta el pasado año, cuyo balance de la calidad del aire se cerró precisamente el mes pasado y que arroja que Zaragoza está dentro de los parámetros que marca la OMS. "Es la primera vez que lo conseguimos y tiene parte de culpa el tranvía".

MENOS CARRILES Al reducirse en Gran Vía un carril por cada lado, hemos eliminado un 50% del tráfico en esa zona, igual que ha sucedido en el paseo Independencia, la zona del Mercado y el Coso. "Las cifras son consecuencia de la menor intensidad del tráfico y también del elevado coste de los combustibles fósiles, que hace que la gente deje su vehículo particular en casa. En definitiva, de una nueva movilidad", relata Celma.

Los datos también son buenos en cuanto a las partículas en suspensión 2,5 (inferiores a 25 microgramos), que son las que se introducen realmente en los alveolos pulmonares. Si la normativa marca que no deben superar los 25 microgramos por metro cúbico, Zaragoza obtuvo 12 de media durante el pasado año.

También han mejorado los datos en otro de los indicadores de contaminación: el dióxido de nitrógeno. De este modo, el promedio anual máximo que no debe sobrepasarse, según la ley, es de 40 microgramos por metro cúbico. No alcanza esta cifra ninguna de las estaciones que miden este parámetro: Picarral (31), Las Fuentes (24), Renovales (22), Roger de Flor (32), Centro (35) y Jaime Ferrán (26). La evolución media anual durante los últimos años refleja una tendencia a la baja notable, si bien no tan acusada como las de las partículas en suspensión. Y la causa es la moda de los coches 4x4 de motor diésel, que producen estos gases. Europa ya ha tratado de poner remedio a este hecho y exige ahora que estos vehículos cuenten con un motor Euro6, que reduce sustancialmente las emisiones.

El cumplimiento de la normativa también alcanza al ozono troposférico, un contaminante complejo que se forma en la atmósfera y cuyo origen puede estar hasta a 200 kilómetros de distancia del lugar de medición. Ninguna de las estaciones ha superado la prohibición de superar en 25 días el promedio de 125 microgramos por metro cúbico. En Las Fuentes es donde más niveles se han dado (21). "Es la zona este de la ciudad y recoge tanto vientos de las zonas industriales del País Vasco, y de los polígonos de la autovía de Logroño; además de los de levante, con las factorías catalanas y las centrales combinadas de Escatrón y Andorra", indica Celma. El objetivo del consistorio es ahora determinar cuál es el origen de este gas.